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La historia de Ann y Verón el vampiro.

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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty La historia de Ann y Verón el vampiro.

Mensaje  TYPhoenix Dom 14 Ago 2011, 11:22 am

Desde lo alto de una cripta, como si fuese una figura más sin vida, Verón observa a Ann que pasea su mirada vidriosa por el cementerio bajo el cielo gris como el lino gastado y viejo, y con el semblante medio feliz aún apesar de una profunda pena. Él la sigue por el cementerio y espera, Verón se pregunta:

¿Por qué te atrae
tanto la muerte?
¿Por qué te gusta
pasar tanto tiempo
entre los tuyos que
ya se fueron?
¿Por qué deseas
tanto morir?

Verón sigue con la mirada a la muchacha, Ann lleva un vestido blanco de volantes y un lazo negro, a juego con sus zapatos y sus mayas para los brazos. Camina por el campo santo jugando con el dedo haciendo tirabuzones en su ancho lazo, arreglando las flores y ornamentos de una tumba y después los de la siguiente, y asi sucesivamente. La figura oscura se mueve como el frío viento entre las lápidas sin provocar prácticamente sonido alguno. Ann no sabe que Verón la está mirando pero se siente observada por las almas que llacen ahí, que vieron la luz pero abrazaron otra posibilidad. Ella se siente más acompañada en el cementerio que en su instituto porque los demás jovenes piensan que es un bicho raro, con su piel pálida y su pelo tan claro, le reuyen cuando ven sus vestidos de época con volantes o uno de sus corpiños y sus cadenas osciliantes con crucifijos grandes y anchos.

Verón intuye esto pero se siente atraido por Ann como en muchos siglos de su prolongada vida. A pesar de sus diferentes naturalezas: Él, que nunca ha sido humano, pero que los conoce bien por su experiencia, convertido por su sed en un depredador y que nunca a conocido el sol porque es lo que más le aterra a su alma maldita. Ella, que es de naturaleza frágil, nació mortal y con la vendición del sol, pero aún así él quisiera mostrarse ante ella, hacerla saber que su vida podría cambiar radicálmente si ella de verdad quisiera y abrazase la oscuridad para convertirse en un ser diferente en esencia, pero no soporta la idea de que le rechace y el mero hecho de pensarlo le hace sentir su sangre correr más deprisa por sus venas. Él conoce a la joven bien, sabe que siempre viene al cementerio al atardecer y Verón la observa. Ann se detiene ante otra tumba y piensa:

Hola señor Fred,
hola señora de Fred.
¿Por qué decidieron
enterrarse juntos?
¿Acaso no es bas-
tante tiempo la vida?
¿Acaso no esperamos
la muerte con anelo
para que nos libere
de todo?
Siempre les pregunto
lo mismo pero nunca
me contestan, es in-
sultante ¿saben?, pero
aún así siguen siendo
mis preferidos.

Verón se atreve a desafiar la distancia y se aproxima un poco más, apesar de ser de caracter desafiante y decidido es precavido. Está a escasos metros de ella como si intentara atrapar sus pensamientos y como si el viento le trajera la idea de oler su perfume. Se da cuenta de que está anocheciendo y su sed aumenta notablemente, pero le sería tan fácil desde su posición saltar sobre ella, en un lugar tan solitario, embriagarla con su mirada hipnotizante dejandola indefensa para así atacar su yugular. Pero su intención es no hacerle daño, aunque la sola idea le hace temblar la mandíbula y apretar el frío marmol con sus manos tan fuerte que apunto está de resquebrajarlo, su corazón está desvocado. Y en un último esfuerzo Verón salta en dirección contraria y desaparece.

Ann escucha un sonido estrepitoso de ojas y ramas zarandeandose y gira sobre sus pies velozmente, llevandose la mano derecha al corazón asustada y moviendo tan deprisa la cabeza que la cinta se desprende de su pelo dejando la melena rubia al viento, mientras sus ojos de un azul pálido buscan el lugar de donde proviene el ruido. Intenta calmar su corazón que retumba bajo su voluminoso pecho, y piensa:

Tranquila no es
nada, no es nada.
Será alguna lechuza
u otro animal.
Esos seres solo exis-
ten en tú imaginación.
¿Pero y si existieran?
¿Y si en realidad no son
solo ficción ni cuentos
de abuelas para asustar
los niños y que vuelvan
a casa pronto?
Tranquila, tranquila.

...
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty Re: La historia de Ann y Verón el vampiro.

Mensaje  tristana Dom 14 Ago 2011, 1:48 pm

Esá bueno pero como prólogo o inicio ¿Hay más acerca de esta singular pareja?
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty Respuesta

Mensaje  TYPhoenix Dom 14 Ago 2011, 1:54 pm

Si habrá más pienso hacer un relato continuado, siempre que se me ocurra como continuar. Es para los que os guste leer.
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty Re: La historia de Ann y Verón el vampiro.

Mensaje  tristana Dom 14 Ago 2011, 4:36 pm

TYPhoenix escribió:Si habrá más pienso hacer un relato continuado, siempre que se me ocurra como continuar. Es para los que os guste leer.

Será bienvenido. Very Happy
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty La vida humana.

Mensaje  TYPhoenix Lun 15 Ago 2011, 9:48 am

3 semanas después de lo ocurrido:


Verón espera sobre una capilla alta de estilo neogótica de la época del romanticismo que hay a cien metros de la entrada al cementerio, desde donde puede ver a cada persona que entra y sale del campo santo. Ann lleva media semana sin aparecer por el lugar. Es muy extraño porque desde hace algo más de dos años lleva apareciendo por allí todos los días casi como un ritual, siempre al atardecer cuando las sombras son más largas y Verón puede esconderse en ellas de la luz del sol. Y él a castigado más a sus víctimas durante este lapso de tiempo, apesar de eso se encuentra tranquilo, su alma carece de las emociones aún con su apariencia casi humana. Verón piensa:

Es extraño. ¿Por
que no apareces
por aquí para estar
con tus amigos los
muertos? Llevas días
sin aparecer, ¿Le
habrá ocurrido alguna
cosa? Hoy también se
está retrasando...

Verón levanta la cabeza y al fin ve aparecer a Ann por la puerta de acceso principal del recinto. Ann lleva un hoy su ropa más oscura, un corpiño morado, una falda corta negra con volantes, guantes largos rayados en morado y blanco, sin dedos, botas altas y anchas en negro y medias oscuras. Hoy va pintada con sombra negra en los ojos, los labios de un azul oscuro, la cara tan blanca que no deja verse el poco tono rosacio de sus mejillas y las uñas de azul. Lleva el pelo suelto con el flequillo recto que le llega hasta debajo de los ojos cubriéndole medio rostro. Verón dice para sí:

Te a pasado algo
¿Verdad que si?
Seguro que te ha
pasado algo por-
que tú ropa y
maquillaje son los
que utilizas en días
especiales, como
los días santos o
el día de los difuntos.
Me gustaría saber
que te ha sucedido.
Quisiera hacercarme
pero no puedo.


3 semanas antes:


Ann regresa a su casa después de la visita al cementerio, ya a oscurecido pero hay una roja luna llena. Verón está de cazando. Caundo llega al camino que lleva a la puerta principal de la casa ve que la luz del salón está encendida, cambia la mirada de lugar dirigiendola a unas rosas negras que quedan a su derecha -ya me van a venir alguna conversación de: ¿Por qué vuelvo tan tarde?, ¿Dónde vas sola todos los días?, Estamos contentos con tus notas del instituto pero podrías hacer alguna actividad después de la jornada para relacionarte un poco con los demás jovenes de tu edad-. Ann sigue caminando por el sendero y llega hasta la puerta, entra en su casa dispuesta a subir a su cuarto, conectar su computadora y adoptar la identidad de Úrsula, como la conocen en la comunidad de blogs góticos que suele frecuentar, pero su madre la detiene al pasar por el recibidor llamándola. En el salón está su madre sentada en el sofá, junto a ella está su padre cabizbajo, ella parece haber estado llorando, sus ojos estan enrojecidos y todavía acumulan lágrimas.

-Tengo que darte una mala noticia... Hoy he ido al médico... y me han detectado un cancer de mama. Los médicos dicen que está bastante extendido y que no saben si ningún tratamiento podrá remitirlo.

Su padre comienza a gemir preguntadose en voz alta ¿por qué? una y otra vez. Ann vuelve a mirar a su madre a los ojos sin poder articular palabra y esta le da un abrazo.
Media hora después de haber cenado Ann se encuentra en su estancia. Un cuarto muy peculiar, amplio y de paredes color morado fuerte con tres focos metálicos negros que bañan con su luz la cama de 190x180 con somier de madera de roble y una alta cabecera, una colcha a rayas verdes y moradas, sobre ella hay algunos peluches como un oso esqueleto, una mariposa negra y dorada. Junto a la cama tiene una ventana ancha y encima de la cabecera hay unos estantes con armarios que se alargan hacia la derecha, justo donde acaban los estantes comienza una mesa amplia, de tres metros de ancho por uno de largo con cajones y un espacio para el ordenador sobremesa. Enfrente de la cama hay una habitación armario donde Ann solía esconderse cuando era pequeña y al lado de la puerta hay un puff azul marino, no hay ningún poster en las paredes salvo uno en que aparece un demonio de un videojuego al que solía jugar. Ann se sienta en la mesa y enciende el PC.


ACCEDIENDO AL SERVIDOR...


Sala de blogs

TIENES 1 MENSAJE


-Desamparada dice: Hola Úrsula ¿Cómo te encuentras hoy?

-Úrsula dice: Estoy fatal...

-Desamparada dice: ¡No me fastidies! Yo también, de hecho creo que todos los de este lugar estamos mal ¿Qué tiene eso de nuevo?

-Úrsula dice: Es mi madre... está enferma.

-Desamparada dice: ¡Vaya! Cuanto lo siento
Oye tengo que irme, he quedado con Masakre y Wolf
Te has conectado muy tarde hoy, mañana ven pronto y te cuento
TQM.


Verón está extrañado, sigue con la mirada a Ann que no presta atención a las tumbas, incluso ha pasado por delante del señor Fred y la señora de Fred pero ni se ha parado. Ann piensa en su madre que es la única persona con la que apenas se comunica y en su enfermedad, está muy preocupada e incluso se le nota en su rostro que apenas expresa emociones. Verón ve que Ann está susurrando algo y decide aproximarse, con éxito Verón logra escuchar lo que Ann dice gacias a su agudo oido.

Está rezando...
Ann ¿Qué te a
ocurrido estos
días?¿Dónde has
estado?¿Por qué
no has venido
hasta aquí? Algo
te ha tenido que
pasar, tú cara re-
fleja hoy miedo y
toda tú ropa y el
maquillaje. ¿Qué
tienes?


Depronto Verón sale de sus pensamientos y percibe que Ann se acava de dar la vuelta y le está mirando. Verón a escasos metros de ella desaparece rápidamente detrás de unas tumbas altas, Ann convencida de que el hobre la estaba siguiendo camina rápidamente hacia allí pero al cruzar por delante de las tumbas no ve nada, ni rastro del hombre, entonces escucha un ruido a su derecha y se dirige hacia aquellos nichos más deprisa. Un trozo de gabardina azul se esconde tras el delgado muro. Ella corre al otro lado y no ve ni oye nada.

De camino a casa Ann piensa:

¿Cómo puede ser?
Estoy segura de
había alguien allí.
Segura que vi la
gabardina azul es-
condiendose tras
los nichos... pero
¿Cómo? Al otro lado
de esos nichos no
hay más que tumbas
en el suelo es impo-
sible que una perso-
na desaparezca allí,
así por las buenas.
¿Me estaré volviendo
loca?¿Quién era? Me
estaba siguiendo se-
guro. No pudo desa-
parecer, pero ¿Enton-
ces donde fué?


...
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty Online.

Mensaje  TYPhoenix Dom 21 Ago 2011, 1:09 pm

-Desamparada dice: que dices y te seguía?! estás segura?

-Úrsula dice: Si, bueno no lo sé... vi desaparecer una figura muy cerca de mi... creo que era un hombre que me estaba mirando...

-Desamparada dice: y cómo iba vestido??

-Úrsula dice: No lo sé... te digo que fué todo muy rápido. Fuí hasta donde había desaparecido y no estaba. Después corrí hasta donde me pareció escuchar un ruido... y me perece que vi un trozo de gabardina azul escondiendose... pero cuando miré al otro lado...

-Desamparada dice: que ocurrió??

-Úrsula dice:... Vas a pensar que estoy loca pero al otro lado no había nada. El sitio es la parte más antigua de todo el campo santo, ahí solo hay tumbas en el suelo...

-Desamparada dice: intentas decirme que desapareció?? eso no puede ser y no cabe la posibilidad de que te lo imaginaras?

-Úrsula dice: ¿Qué quieres decir? No te comprendo, seguro que piensas que estoy loca, incluso yo misma he llegado a pensarlo pero estoy segura de que allí había alguien.

-Desamparda dice: no lo se chica pero tu madre está enferma y tú no lo estás pasando muy bien

estas asustada

no has domido bien estos últimos días y todavía no has podido asimilar la noticia

podría ser que tu imaginación y el cansancio te jugaran una mala pasada

ni siquiera tuviste tiempo de verle!!

-Úrsula dice: No fué mi imaginación estoy segura de que había alguien allí... siguiendome.

Tengo que irme Des pero gracias por todo.

-Desamparada dice: muy bien decansa y no le des más vueltas a la cabeza que acavarás loca.


Mientras tanto Verón ya a comido, está pensando en lo sucedido hoy con Ann y decide mantenerse alejado por un tiempo, sabe que los humanos se olvidan de las cosas mucho antes que los vampiros así que no le da mucha importancia al hecho. Aún así sigue enfadado por el error que cometió en el cementerio mientras se dice así mismo que no debe volver a ocurrir, pero otro recuerdo se intercala en la mente de Verón, un recuerdo mucho más antiguo. Él y su padre están discutiendo, Verón apenas tiene cinco años, su padre le dice que ya es lo suficientemente fuerte para cuidarse solo y que ya sabe como alimentarse, Verón le dice que no piensa que no está seguro valerse por sí solo, esto enfurece a su padre que le dice que si vuelve a verle en esa ciudad lo matará, que no necesita a otro vampiro acechando su ganado. Después le viene otro recuerdo más, el de su primer intento de conseguir alimento con sus propios medios, un granjero descubre a Verón en su establo y al principio le ataca con una guadaña pero el pequeño vampiro está realmente convincente y engaña al granjero fingiendo estar asustado, solo hasta que éste se ve desarmado y entonces el vampiro, aunque muy joven, le muestra su poder y lo mata.

En el instituto Ann sigue pensando en la enfermedad de su madre y en lo ocurrido en el cementerio mientras camina por el pasillo hacia su taquilla, cuando un chico llamado Roy la empuja sacandola de sus cavilaciones.

-Roy: ¡Mirad que tenemos aqui! ¡Pero si es Ann la tía más tétrica del insti! ¿Qué llevas puesto hoy? ¿Es una falda de tu abuela eso? ¿Quién te maquilla un payaso?

-Ann: Eres un idiota Roy, dejame en paz.

-Roy empuja a Ann de nuevo: Pero si tiene lengua el bicho raro del insti, jajaja, ¿eso es lo que tú quisieras, no bicho raro? Descansar en paz, ¿no es eso lo que os va a los emos como tú? Ya sabes, ¿Cuántas veces te has cortado esta semana bicho raro?

-Ann: Dejame tranquila cabeza de chorlito.

Después de que el Sr. Hainfa, profesor de química, acudiera en ayuda de Ann y parara la mofa hacia la joven ésta se queda sola en cuclillas delante de su taquilla casi llorando, la presión de todos sus problemas, la enfermedad de su madre, el hombre del cementerio y el rechazo de sus compañeros del instituto parecen ser demasiado para ella. Así que decide marcharse a su casa para descansar. Por la tarde regresa al cementerio como siempre, pero con la idea de descubrir quién es la persona que la siguió el otro día. Ella camina por el recinto alerta al menor ruido, vuelve al mismo lugar de los hechos del día anterior pero no encuenta nada, ni rastro de aquella figura oscura que vió, lo que la atormenta más acrecentando sus dudas de si era cierto o por el contrario tenía razón Desamparada y era todo un producto de su imaginación mezclada con la fatiga de ese día lo que la hizo ver cosas y pensar cosas que en realidad no estaban allí. Ann da varios rodeos por el campo santo mirando por encima las tumbas pero en su mente no deja de preguntarse -¿Dónde estás?, se que me seguías a mi pero ¿Por qué?-. Ann regresa más tarde de lo habitual a casa, hace rato que a oscurecido y en su casa ya habrán cenado, así que cuando llega al camino de entrada que cruza a través del jardín delantero ni se molesta en mirar si hay luz en la ventana y pasa a través de el sin apartar la vista de las rosas negras que hay a su derecha. En el recibidor de la casa se encuentra con su madre sentada al pie de las escaleras que dan al piso superior, cuando su madre le pregunta de donde viene ésta se inventa la excusa de que había quedado con un chico, con lo que su madre se queda algo más contenta y decide dejarle ir sin más explicaciones. Ann coge de la cocina un plato con un par de sandwiches vegetales y sube a su cuarto. Todavía queda en ella algo de la decepción de no haber encontrado lo que buscava en el cementerio. Se conecta a su ordenador y ve que en la página de su blog tiene un comentario de Desamparada donde le pide que contacte con ella, Ann mira en MSN dentro de contactos y busca la categoría de "amigos de blog" que es la única que contiene contactos.

-Úrsula dice: Hola Des, ¿querías decirme algo?

-Desamparada dice: si, cómo te encuentras hoy?
estas bien?

-Úrsula dice: Si, bueno más o menos...

-Desamparada dice: cómo esta tu madre?
mejor?

-Úrsula dice: Parece algo más animada hoy.

-Desamparada dice: has vuelto a ver al frikie aquel

-Úrsula dice: ¿Qué frikie?

-Desamparada dice: ya sabes el demente
aquel que te seguía por el cementerio

-Úrsula dice: No, he vuelto por el cementerio pero no le he encontrado...

-Desamparada dice: acepta mi invitación a la conversación
he encontrado a alguién que está muy interesado en lo que te ocurrió
y apoya tu versión de lo que ocurrió
es un amigo de un amigo
se llama Mr. Swoft

-Mr. Swoft dice: Hola Úrsula, me ha contado tu amiga lo que te sucedió el otro día en el cementerio ¿Podrías contarme lo que sucedió sin dejarte un solo detalle?

-Úrsula dice: Pues estaba en el cementerio cuando vi una figura muy cerca de mi que desapareció muy deprisa detrás de unas tumbas y cuando corrí a donde creí que estaba solo vi un trozo de gabardina esconderse trás de un muro.

-Mr. Swoft dice: ¿No llegaste a verle la cara?

-Úrsula dice: No, fué casi algo instantáneo. ¿Quién piensa que es? ¿Es usted policía o detective? ¿Tiene alguna información de quien puede tratarse?

-Mr. Swoft dice: No, no soy policía, mi nombre más próximo al real que puedo darte es Dr. Swoft, soy especialista en ocultismo, histórias paranormales y demás criaturas. Más bien digamos que tengo una idea aproximada a lo que usted vió, podría tratarse de un -Vampire- O lo que es lo mismo un vampiro.

-Desamaparada dice: que??
un vampiro????
venga ya, será una broma, no?

-Úrsula dice: Un vampiro... No creo en este tipo de cosas.

-Desamparada dice: bien dicho Úrsula.

-Úrsula dice: Se que es muy extraño lo que me paso, y a decir verdad esto explicaría como desapareció sin dejar ni rastro con tanta facilidad aquel tipo en la zona de tumbas bajas, pero lo cierto es que no estoy del todo segura.

-Mr. Swoft dice: En la historia hay muchos antecedentes de ataques de vampiros que vagan y buscan a sus presas en los cementerios, lugares en los que no frecuentan demasiados testigos.

-Úrsula dice: Podría ser, no estoy segura pero solo digo que "podría ser".

-Desamparada dice: que??
Úrsula no puedes decirlo en serio???
te vas a creer algo de lo que diga el doctor nosecuantos??

-Úrsula dice: No es del todo lo que digo Des. Yo solo digo que sería una posibilidad pero no estoy segura de nada.

...
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty Re: La historia de Ann y Verón el vampiro.

Mensaje  tristana Dom 21 Ago 2011, 4:54 pm

Prosigue muy bueno, aguardenme que voy a leer todo con más atención. Cool
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty ¿Quién eres?

Mensaje  TYPhoenix Jue 25 Ago 2011, 9:57 am

Un mes después:


Ann va de camino al cementerio y no se ha olvidado todavía de la misteriosa persona que la seguía por la parcela en aquella ocasión, sino al contrario, la curiosidad a ido en aumento con el paso de los días, ella solo siente dos cosas ahora mismo, mientras camina,la aflicción causada por la enfermedad de su madre y la curiosidad originada por la pregunta sobre quien es aquel hombre. De camino al campo santo pasa por delante de la casa de los Masters cuando derrepente ve por el rabillo del ojo una figura oscura que avanza rápidamente a través del jardín y choca contra la valla con un ruido estrepitoso. Ann sale de sus pensamientos con el estruendo y dá un salto hacia atrás llevando los brazos delante de ella completamente estirados como si intentara detener algo, -¡otra vez tu perro del demonio!- la chica mira al perro de los Masters ladrando como si ella estuviera intentando saltar al recinto o algo asi, no es la primera vez que la asusta, el perro un cruce de Rottwailer y Doverman de caracter trannquilo se pone furioso siempre que la ve y como si el aspecto de ella le crispara los nervios sale corriendo, como alma que lleva el diablo hasta estrellarse con la valla que cerca la casa y después se pone a ladrar con autentica rabia.

Ann llega a la puerta principal y una vez allí se detiene por un momento pensando que habrá sido de aquella persona, a pasado un mes y ella no a vuelto a verle, -¿quien será?, ¿será un frikie como decia Desamparada? ¿Y si es un morbso que solo quería espiarla o por el estilo?- La curiosidad le puede más que el miedo a que sea un enfermo o algo así y prosigue con su camino. Dentro del cementerio recorre las tumbas como habitualmente, mirandolas retocando algunos adornos pero por dentro sabe que en algún lugar está él, aquel misterioso personaje que solo vió por un instante, apenas una fracción de segundo pero que sigue rondando en su cabeza. Sigue caminando, se detiene ante la tumba del señor y la señora de Fred, hace como que retoca algo y prosigue hasta llegar a la parte antigua del cementerio. El lugar le permite visualizar el paisaje hasta unos cien metros por delante suya y otros cien metros a su derecha, continua su marcha internandose en la parte más alejada de la entrada y una vez rodeada de tumbas bajas y losas se detiene ante una de ellas como si hiciera algo. Presta atención a sus oidos, todo a su alrededor está tranquilo, no hay nada más que el sonido del viento casi imperceptible al pasar entre las lápidas y el murmullo del río a su derecha que cerca el recinto por la parte sur y este. Entonces ocurre algo casi imperceptible, como una piedra cayendo sobre una losa o una pequeña rama curgiera, ella vira en la dirección del sonido y logra ver sobre una cripta baja que colinda con las tumbas del suelo una figura,-¡si allí está, entre las sombras!- se detiene casi sin poder retener el aire dentro suya, sorprendida y al mismo tiempo atemorizada siente como su corazón se hacelera por un momento, en ese instante de incertidumbre la figura salta y desaparece entre los árboles de un pequeño bosque que hay en diección al río. Ann corre hacia el bosque desesperada, corriendo como si le fuera la vida en ello, no piensa lo que hace porque la curiosidad puede con los demás pensamientos. El bosque está muy olvidado y por ello los arboles se apiñan y sus ramas se juntan mucho delante de su camino, todo muy oscuro; Escucha otro ruido ante ella,- ¡Es él seguro!-, corre más deprisa para intentar alcanzarlo. De pronto entra en un claro y ve una luz pálida delante, sus ojos se centran en aquel foco apenas un momento fugaz intentando averiguar que es mientras corre, esto la hace tropezar con una raíz sobresaliente y Ann cae sobre un montón de ojas con los ojos cerrados,- Que daño ¿Qué era eso? ¿Era el Sol? No puede ser estaba muy bajo.

Ann se apoya en sus brazos y abre los ojos, birutas de polvo y ojas oscilan ante ella iluminadas por una luz a escasos metros de allí, ella intenta acostumbrar su vista a aquella luz e incorporándose con los brazos se pone en pie. Una corriente fría de aire sacude un momento el polvo del vestido negro de la joven, mientras todavía se aparta el pelo de la cara consigue ver una figura en el foco de la luz y en ese mismo instante una bandada de cuervos echa a volar desde un árbol por encima de la cabeza de Ann asustándole por un momento. Entre la lluvia de plumas que han dejado atras las aves ella logra verle. Verón se da la vuelta, su rostro pálido pero hermoso en contraste con sus labios de un rojo intenso, sus ojos ocultos detrás de una mano y su cabello castaño, una gabardina de piel de color azul, debajo un traje violeta con chaleco y pantalones y una camiseta azul con corbata granate. Ann no sabe que decir ni que hacer, solo le que una pregunta en la cabeza que no logra formular- ¿Quién eres?-entonces Verón pierde el control y su instinto se apodera de él, avanza hacia ella y aparta la mano de su cara, Ann se lleva la mano al pecho y contempla los ojos de Verón, sus ojos oscuros parecen tener oculto un fuego en su interior y este fuego prende el alma de ella que se deja caer en un remolino de embriagadez y bienestar, una paz que no había sentido nunca abruma sus sentidos y casi como hipnotizada avanza, entonces lo ojos de el hombre se posan en su cuello y en aquel instante ve el brillo de la cruz que Ann lleva en la cadena. El rostro de Verón cambia y una sombra de rabia cubre su rostro, sus labios se contraen dejando ver unos colmillos enormes y afilados y derrepente una voz como invocada desde lo más profundo de una gruta irrumpe con fuerza y firmeza -¡Detente! - Ella sale de su trance y se queda mirandolo, entonces puede apreciar, como si fuera un grupo de luciérnagas volando alrededor de él, un brillo tenue y blanquecino -¡Atrás! - Ella le mira a los ojos nuevamente, ahora ardiendo de ira, y Ann se desvanece en un sopor profundo.

Cuando Ann se despierta se queda mirando a su alrededor, todavía sigue en el bosque, entonces aturdida trata de recordar lo que pasó pero no logra diferenciar lo que es verdad con los sueños. Se levanta y se marcha hacia su casa. Una vez allí pasa por al lado del rosal que por algún extraño motivo sus rosas negras parecen más bellas que de costumbre. Hay una luna roja muy grande y Verón está de caza. Ann sube a su cuarto sin apetito, se conecta a internet y entra en su blog.


TIENES 1 MENSAJE/S.

Desamparada.
-Úrsula hoy no te conectas?! que rara estás últimamente! creo que deberías ir al médico, anda hablamos mañana TQM.

Úrsula.
-Le he visto...


Ann sigue aturdida, su cabeza le da vueltas y no sabe que creer, sus recuerdos están borrosos y entonces un sueño profundo se apodera de ella que se aproxima a su cama y cae desmayada. En sus sueños se debate entre el bienestar pecaminoso y hembriagador y la cordura serenante. Se vé corriendo por el bosque en las tinieblas de la noche sin poder alejarse de Verón, huyendo de él que avanza dando saltos de árbol en árbol, depronto ocurre algo, éste se transforma en un murciélago enorme y comienza a batir sus alas, ella se queda paralizada por el miedo, sus piernas no responden y es incapaz de continuar corriendo, apenas le sostienen sus extremidades y vé como él se aproxima volando lo que quiera que sea ese monstruo, como con sus alas cubre el cielo y termina por rodearla para moderle el cuello; Entonces en la osuridad aparece claremente una lápida en la que hay un nombre Verón, el resto de este nombre está cubierto por una rama.
La joven despierta y se incorpora en la cama sentandese sobre ella con un extraño neviosismo que solo tenía de pequeña cuando había tenido una pesadilla. Mira a su alrededor y ve su habitación, todo sigue igual que ayer, la luz del sol entra por la ventana, su cama está revuelta y la computadora sigue en marcha. Ann se levanta y camina hasta su ordenador. Mira en su messenger y ve un contacto conectado, el profesor Swoft.

-Úrsula dice: ¿Profesor está ahí?

-Mr. Swoft dice: Si, ¿Cómo estás?

-Úrsula dice: Bien pero hay algo que quisiera contarle ¿Le parece que lo hablemos en persona hoy?

-Mr. Swoft dice: Si, pero ¿Qué es eso que le corre tanta prisa y que no puede contarme vía messenger?

-Úrsula dice: Es sobre el individuo que vi... Digame ¿Dónde podemos quedar?

-Mr. Swoft dice: ... em... si...

...
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty re:

Mensaje  black cat Sáb 27 Ago 2011, 9:56 pm

una historia q en verdad atrapa...

me haz dejado intrigada kisiera poder leer más...
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Mensaje  TYPhoenix Dom 28 Ago 2011, 7:21 am

Muchas gracias Black Cat, aunque solo sea una persona la que lea mi historia esto me anima para seguir escribiendo. Aunque tengo los examenes de septiembre a la vuelta de la esquina trataré de sacar tiempo para seguir el relato, ¡Cachis! si no me hubiera puesto enfermo el ultimo año habría sacado las asignaturas que me quedaron seguro Smile
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty El Dr. Swoft

Mensaje  TYPhoenix Dom 28 Ago 2011, 2:49 pm

Ann baja del metro y espera al pie de las escaleras la llegada del Dr.Swoft, en la cabeza le rondan todos los recuerdos desde el día en que vió a aquel hombre en el cementerio, le parece que su vida es un más poco insípida después del momento en que entró en contacto con él y todo parece de un tono más gris. Cerca de ella un niño pequeño llora porque se le acaba de caer la bola de helado de fresa y en el cucurucho no le queda nada, Ann lo observa fijamente durante un instante, en otras ocasiones se habría compadecido por el pobre crio pero ahora, en este preciso instante, todo le parece lejano como si el recuerdo de las emociones fueran recuerdos implantados de otra persona y su vida no hubiera sido suya sino la de una persona que no tuviera nada que ver con ella. Ann camina de un lado a otro junto al pie de la escalera mirando intrigada hacia la salida esperando ver al hombre del sombrero bombacho color crema,- Llevaré un sombrero de bombacho color crema para que me reconozcas-. Eso le había dicho el doctor Swoft. La joven alterna la mirada hacia la escalera y el reloj redondo, de agujas negras con un cristal un poco ennegrecido por la falta de una buena mano de limpieza que hay frente a las escalinata, su móvil se ha quedad sin batería- se está rerasando, ya pasan quince minutos de las once-. Ella se pone cada vez más nerviosa con el paso de los minutos, los recuerdos difusos y confusos de aquella figura luminosa se agolpan en su mente, inconscientemente no deja de alisarse con las manos la falda de color violeta, conjuntada con un corpiño azul oscuro sobre el que lleva una cazadora de piel negra y unas botas azules. Hoy lleva el pelo recogido en una cola de caballo con una goma mostrando su cara, va sin maquillar lo que deja a la vista su color rosaceo de sus mejillas y las ojeras debidas a la noche anterior. Su naziz fina, recta y menuda le da un aire avispado, tiene las mejillas redondas, unos labios carnosos, sus ojos grandes y de mirada llena de vida, su barbilla fina y pequeña como sus orejas le dan el toque femenino más que necesario a su bonito rostro perfilado con cejas finas y una frente mediana.

La gente va pasando de izquierda a derecha, subiendo y bajando los escalones, incluso el hombre de la limpieza pasa con la máquina por allí, un tanto somnoliento, dejando ir un vostezo a cada minnuto casi, como si en la cabina donde está no le pudieran ver, una persona a la que no parece haberle agradado las noticias del periódico arranca una página y la deja caer hecha una bola, emitiendo un chasquido con la lengua antes de proseguir con su camino. De pronto parece que el semblante se le ilumina por un instante a la chica que espra en las escaleras, un hombre con bombacho color crema comienza a bajar renqueando las escaleras. Un hombre alto y corpulento, ancho de hombros, con bigote castaño y un chispazo de astucia en los ojos, pequeños pero muy vivos, también castaños, de aspecto serio pero sin ser inflexible, vestido con chaqueta larga casi por las rodillas y de color marrón claro, unos pantalones con tono crema, un sueter de color granate y una camisa de cuadros diminutos rosas y blancos con una corbata roja rayada en marrón. El desconocido se le aproxima a Ann y en su cara se dibuja una sonrisa amplia que deja ver casi toda su dentadura con los dientes perfectamente alineados y un pequeño espacio en los incisivos intermedios, -La señorita Úrsula, supongo, siento haberme retrasado-. Se presenta el profesor.

Una vez en la cafetería de la estación comienzan a hablar. La joven le describe los hechos con fechas y todo tipo de detalles según le va preguntando el profesor mientras se toma un café con un croissant, de forma pausada y lenta, como si el tiempo se hubiera detenido por un momento y dispusiera de todo el necesario para prestar atención a lo que la chica le cuenta, no sin menor la mayor expresión de asombro, que podía mostrar su cara, ante cada acontecimiento nuevo que le cuenta la muchacha mientras se toma su café con leche y dos cubitos de hielo.

-Dr. Swoft: ¿Y dices que desapareció?

-Así es.- Dice Ann
- Dr.Swoft: Los vampiros poseen gran velocidad, eso sin contar con la posibilidad de que se transformen.

-Ann: ...¿"Se transformen"?

-Dr.Swoft: Si, en muchas historias aparecen. Murcielagos gigantes que atacan a sus presas volando, pero nadie ha sobrevivido para contar algo concreto ¡Son mortíferos!

-Ann: ¿Se refiere a esas historias de los libros que puedes encontrar en las librerías y bibliotecas?

-No- Continúa el donctor- me refiero a manuscritos sagrados, antiguos, periódicos, bíblia y otras fuentes documentales originales que no puede leer cualquiera, como ya sabes soy un estudioso de la materia.

-Ann: ¿A qué se dedica?

-Dr.Swoft: Imparto clases en la universidad de la capital, de filología alemana. Como ya sabrás en Alemania hubo un movimiento de romanticismo muy importante donde se pueden encontrar muchos textos que hablan de vampiros, desde poesía hasta narración. En ellos hay unas gotas de vedad mezcladas con la ironía de la locura. Muchos de los escritores que leí estaban locos o puede que supieran tanta verdad que su razón no pudiera soportarlo. Quien sabe. Dime ¿tuviste contacto visual con él?

-Si- Responde Ann con cierto aire dubitativo.-Le vi en la parte más antigua del cementerio, o eso creo.

-Dr. Swoft: ¿Qué pasó?

-Ann: Pues ví como saltaba desde lo alto de una cripta, que colinda con la zona de losas y tumbas bajas del cementerio, para internarse en el bosque que hay entre el cementerio y el rio, ahora que lo pienso con más calma es un salto prodigioso. Le perseguí hasta un claro que hay en el pequeño bosque y... tropecé... con una raíz, después levanté la mirada y volví a verlo... era como una figura brillante... después... después no recuerdo bien lo que pasó... el estaba allí delante de mí... casi podía tocarle, pero entonces... no lo recuerdo, todo está muy confuso... recuerdo su mirada y entonces me invadió una gran calma, una calma que nunca había sentido antes, pero no se que más pasó todo está confuso entre sueños, por ultimo recuerdo que desperté allí tirada en el suelo y me marché.

-Dr. Swoft: Parece ser que es cierto.

-¿Qué es cierto?- Dice Ann con cierto aire de ansiedad por la respuesta.

-Dr. Swoft: Los vampiros utilizan una hipnosis, parecida a la que se usa en Inglaterra o E.E.U.U. en psicología, para dejar despritegidas a sus víctimas. Con ello se aseguran de que pueden comer tranquilos sin resistencia alguna, por parte de la presa, hasta haberse saciado enteramente.

-Ann: ¿Es cierto eso? ¿Pueden hacer eso?

-Dr. Swoft: Si, eso y mucho más que se desconoce de estas criaturas. Al parecer hay leyendas en las que se dice que su sangre es la fuente de la vida eterna. O que son más antiguos que la especie humana pero esto se contradice en diferentes fuentes, algunas dicen que fué una evolución de la especie humana también ¿Qué pasó después? ¿Cuándo volviste a casa no te ocurrió nada?

- Ann: No... nada más.- Ann no quiso contarle lo de los sueños, no quería que el profesor pensara que era una loca.

-Dr. Swoft: Eres una persona afortunada ¿Sabes? Muy afortunada, nadie a podido contar una experiencia así, normalmente los vampiros no dejan una presa en paz hasta darle muerte y menos aún despues de haberle visto. ¿Me permites que te haga una prueba?

Ann responde sorprendida- ¿Una prueba?

El doctor se lleva la mano al bolsillo y saca una cruz colgada en una cadena y se la pone en la mano, después la retira y prosigue.

-Swoft: No tienes nada que temer de momento, no te ha mordido.

-Ann: ¿Y cómo puede estar tan seguro?...

-Swoft: Según algunos textos las cruces y otros objetos sagrado pueden dañarlos. Aunque nunca se sabe, algunos de estos textos están plagados de simples supersticiones. No lo podremos saber con más certeza hasta que no pase el tiempo.

-Ann: ¿Con el paso del tiempo?...

-Dr.: Si. Veremos si te conviertes en uno de ellos. Ahora debo irme para ocuparme de mis que haceres pero nos mantendremos en contacto por si ocrurre algo más, ¿De acuerdo?

-Ann: Si.

-Profesor: Si me permites Úrsula...

-Ann, me llamo Ann en realidad.

- Bueno, pues Ann. Estos nombres de internet jajaja.

Se despidieron con un abrazo a la salida del túnel, el profesor Swoft se marchó hacia el sur con el mismo ritmo ranqueante con el que había venido, mientras que Ann cogió de nuevo el metro. Una vez dentro los pensamientos invadieron su cabeza, - ¿Será cierto lo que me ha contado Swoft o será una mentira? ¿Qué es lo que vi en realidad? ¿Por qué no recuerdo lo que me pasó en el cementerio? Todo está tan confuso... sueños, alucinaciones,¿Qué parte de lo que vi es real? ¿Quién es él? Verón, ese debe ser su nombre.- Era sábado y como es habitual no había mucha gente en el metro. Ann estaba muy nerviosa y por un momento le pareció que el hombre que había allí sentado en la oscuridad de un asiento se levantaba para atacarla, pero solo era su imaginación y trató de tranquilizarse en sus pensamientos. De camino del metro a casa sentía como si alguien le persiguiera, miró por encima del hombro en varias ocasiones, habeces no había nadie pero en una de las ocasiones en que miró había un hombre que caminaba como si tubiera mucha prisa detrás de ella, iba vestido con camisa de franela a cuadros azul y negro, pantalones de color marrón oscuro, zapatos negros y una gorra de los New York, el equipo de béisbol. Ann aceleró el paso, giró la esquina a su derecha, se escondió en el primer portal que encontró, esperó unos segundos calculando el tiempo que tardaría aquella persona en llegar, algo que según ella le pareción eterno y derrepente salió del portal y gritó- ¿Qué quieres de mi?-. Pero no había nadie, se asomó a la esquina justo a tiempo para ver que la persona que supuestamente le perseguía se adentraba en un portal a pocos metros de la esquina, la persona según parece le había oido gritar y miró hacia la esquina antes de apresurarse a desaparecer en el interior de la vivienda.

Al llegar a casa Ann pasó por al lado del rosal sin prestarle ninguna atención, estaba al borde de un ataque de nervios porque a pocos metros de su casa, en una esquina, un quiosco ambulante le había dado un susto de muerte al cruzarse delante de ella, había pensado en la posibilidad de que el hombre, vampiro, sueño o lo que fuera la hubiera perseguido en silencio hasta su casa. Una vez dentro no se paró para hablar con nadie y subió como una exhalación hasta su cuarto. Cuando llegó al cuarto se paró un momento delante de la ventana. Se la había dejado habierta, nunca se la dejaba abierta, ¿Por qué estaba abierta hoy? se preguntaba. Se hacero lentamenta sin hacer ruido y la cerró, entonces escuchando atentamente se aproximó a la habitación armario y cuando acercaba la mano al pomo escuchó un gruñido dantesco, acto seguido todo quedó en silencio, la joven dejó de respirar y se aproximó todavía más, acontinuación pudo escuchar claramente pisadas de zapatos en su interior, como si alguien revolviera en su armario. Entonces se pegó a la puerta y abrió lentamente, sin hacer ruido y por una rendija pudo ver que en el interior del armario había una figura que no parecía humana sino más bien una bestia, en aquel preciso momento la figura oscura que había en el armario se dió la vuelta y Ann corrió en dirección a la puerta de su habitación, estubo a punto de gritar pero no pudo porque notó el contacto de aquella criatura al chocar con sus piernas, entonces se precipitó al suelo y cerró los ojos con fuerza pensando que aquello era el final. Ni sus padres ni nadie que conociera podrían ayudarla, es más aquel monstruo acavaría con toda su familia, sino lo había hecho ya, recordó que al pasar por el recibidor no había visto a nadie y pensó que la criatura habría matado a toda su familia mientras la esperaba, para su entretenimiento. Apenas un instante, que podría haberle parecido minutos la vestia se abalanzó sobre su cara y comenzó a la merle las megillas frenéticamente. Cuando abrió los ojos descubrió que se trataba de Sputnick. Su perro, un animal de compañía de tamaño medio, de esos que tienen el pelo rizado, nunca recordaba la raza del animal, al que le gustaba meterse en su armario y mordisquearle los zapatos y que tenía el mismo nombre que el primer satélite o aquel programa de rock que hacían al medio día.

Después del susto Ann conectó su ordenador y entró en un foro llamado "depués de la muerte" donde suele encontrarse con Desamparada y otros amigos más para charlas sobre sus cosas, habían además de estos otros frikies que se hacían pasar por ciraturas con el nombre de Franckenstein, Criatura del fango, Lucifer, etc. Una vez allí se topó con amigos entre ellos Desamparada y les preguntó sobre los vampiros sin hacer ninguna alusión a lo que le había sucedido los días anteriores.


CHAT

-Animal dice: Cómo es que hoy estás interesada en estas cosas? Normalmente no haces comentarios al respecto.
-ZombieMan dice: who is that?
-SerÁvaro dice: Eso mismo, ya es raro que te metas en los temas polémicos como éste.
-Úrsula dice: No es por nada especial, tan solo quería informarme para un pequeño trabajo del instituto. Una redacción.
-Animal dice: Pués dime que quieres saber?
-Úrsula dice: Quería saber si es posible que uno de ellos se enamorara o sintiera atracción por un humano.
-SerÁvaro dice: Ni hablar...
-Animal: Núnca oí hablar de eso,es más tan siquiera se sabe si son capaces de reproducirse, en algunos escritos dicen que no y en otros lo contrario. En algunas ocusiones leí que habeces tienen curiosidad por los humanos antes de matarlos
-ZombieMan dice: ho! great


CHAT PRIVADO

-Desamparada dice: pero qué estás diciendo? te has vuelto loca?
-Úrsula dice: Solo es curiosidad no voy a contarles nada.
-Desamparada dice: muy bien tu veras... pero no crees que estás obsesionada con el tema? y qué es eso de que volviste a verlo?
-Úrsula dice: Pues lo que te digo, esta vez le seguí y le ví la cara.
-Desamparada dice: que le seguiste? acaso has perdido el juicio?
-Úrsula dice: No te preocupes estoy bien.
-Desamparada dice: muy bién allá tú misma, tu verás lo que haces, y cómo era?
-Úrsula dice: No lo recuerdo muy bien.


CHAT

-Animal dice: Pero de ahi a enamorarse ni pensarlo, son montruos sin sentimientos, demonios. jamás sentirán amor, jamás sentirán nada
-Ser Ávaro dice: si eso es cierto y encuanto a su nacimiento, se dice que las mujeres vampiro que dan a luz mueren debido a que los retoños comienzan a arañarles desde el interior a los dos meses hasta que consiguen salir a través del abdomen!!
-ZombieMan: Super!!!
-Úrsula dice: Muchas gracias chicos por ayudarme, con esto podré acavar mi redacción :")


...
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Mensaje  tristana Lun 29 Ago 2011, 6:41 am

Me parece realmente excelente: más allá de la historia misma, es como que lanarras sin dejar de lado ningún recurso: la mezcla de prosa y poesía; y la intervención del dialogo de chat al final me parece una ganialidad!!

Te felicito calurosamente. Very Happy
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Mensaje  TYPhoenix Lun 29 Ago 2011, 7:29 am

Muchísimas gracias también Tristana, vuestros comentarios me ayudan a seguir con la historia de forma más amena. Siempre es un placer recibir una crítica positiva, es la primera vez que escribo un relato online, todos mis relatos y poesías siempre se han quedado en una libreta o en mi cabeza así que espero que la continuación sea de vuestro agrado también y os entretenga tanto como a mí, eso es lo que espero. Mil gracias.
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Mensaje  seth-kurai Miér 31 Ago 2011, 7:43 pm

Exelente historia TYPhoenix espero con ansias su continuacion y espero que te vaya muy bien en tus examenes, yo se exactamente lo envolvente que pueden ser las tareas diarias, asi que exito.
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty RE:

Mensaje  black cat Miér 31 Ago 2011, 8:20 pm

ES EN VERDAD ADMIRABLE LO QUE HACES... DEFINITIVAMENTE TIENES UN DON
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty El chico muerto.

Mensaje  TYPhoenix Jue 01 Sep 2011, 11:41 am

Al llegar al instituto Ann ve un tumulto de gente alarmada en la entrada. Los agentes de policía vienen y van a través del camino que lleva a la puerta principal de las instalaciones, hay un furgón de los atestados junto a la entrada y varios coches patrulla aparcados en segunda fila. Un cordón policial impide el paso a través de la puerta a las personas y varios estudiantes se agolpan allí para intentar ver lo que a sucedido. Ann se acerca para intentar enterarse de lo que ocurre pero la muchedumbre se apiña demasiado y ella no es demasiado alta (165 cm). -Parece ser que ya casi han terminado porque los agentes van saliendo y ya no entran-, justo cuando la joven piensa esto aparece un agente con su uniforme azul marino, corbata a juego y pantalones, botas negras, una placa reluciente y gafas de sol Ray Ban. El agente viene compañado por cinco representantes de la ley más y comienza a decir que pronto podrán entrar al instituto por las puertas traseras y laterales y que sus compañeros forenses ya casi han terminado su faena, mientras tanto los otros cinco policías comienzan a apartar a los más curiosos que se han acercado demasiado al cordón y que se alejan sin decir nada cuando los agentes llevan a cavo su trabajo. La chica decide encaminarse hacia una de las puertas laterales que le queda más próxima, -Vaya no he podido ver nada, ¿Pero qué era eso que ha dicho de los forenses? están aquí, ¿Habrá algún muerto?- Una vez allí intenta encontrar a alguien con quien alla intercambiado algunas palabras para preguntarle por lo ocurrido. Lo cierto es que le resulta difícil porque no suele hablar con nadie, a decir verdad no tiene ningún amigo en su clase ni en su curso, lo más parecido a una conversación podría ser hablar sobre un trabajo y los últimos los había tenido que hacer en solitario debido a rehusiones silenciosas de sus compañeros, además es siempre el blanco de críticas de la mayoría. Trata de acercarse hasta Cindie que está mirando en su dirección para preguntarle, pero al aproximarse ella y el resto de las animadoras reunidas se giran de espaldas y hacen como que no le escúchan, entonces sigue buscando y ve a otro grupo de agentes en la entrada que están rechazando a la gente que se aproximan a la entrada demasiado. Un poco más a la derecha de la puerta lateral encuntra a Rose una chica introvertida, delgaducha y con gafas que solo llama la atención de los chicos del instituto por su voluminoso pecho y que la ayudó a recoger sus libros del suelo, cuando unos chavales de su clase le hicieron la broma pesada de esparcirlos por el pasillo principal del ala este.

Ann se aproxima tímidamente a Rose y le dedica una pequeña sonrisa, muy forzada, entonces se dirige a ella para preguntarle sobre lo que a ocurrido dentro de las instalaciones y esta le responde que según parece han encontrado a un estudiante muerto. Mientras están hablando un policía comienza a ordenar el paso de los estudiantes y oredenandolos en filas de uno para que no entre ningún periodista molesto o mirón morboso. Una vez pasada la puerta no consigue encontrar a su compañera. En el comedor después de la aburrida clase de ciencias de la naturaleza, donde tuvo que verle los intestino y demás entrañas a un sapo africano, Ann logra encontrar a su compañera sentada en solitario en una mesa que hay en la esquina noreste. Se acerca y la saluda antes de sentarse, después prosigue con la conversación que había comenzado en la entrada. Al parecer un chico del instituto y compañero de clase, tanto de Ann como de Rose, Roy Ferguson, había sido encontrado por el conserge muerto, y no solo eso, el cadaver había sido desangrado y luego de esto habían retorcido su cuerpo, como un trozo de pata de ternera enorme, hasta meterlo entre los agarraderos que hay en las puertas de la biblioteca. Unos agarraderos enormes con forma de U de color gris y de hacero grueso. Alguien lo había dejado allí con la intención de que lo encontrasen en aquella postura tan dantesca, con la cabeza por encima del amasijo de carne y huesos. Para mayor intriga el cuerpo no mostraba heridas defensivas y en la zona yugular del cuello presentaba un mordisco como el de una bestia de tamaño grande, el pobre conserge, el señor Andova, se había llevado un susto espantoso al ver la escena. La policía al llegar al escenario del crimen había quedado tan perplejos como el mismo conserge y no tenían ni idea de lo que podía haberle ocurrido al pobre joven que, encontraste con su cuerpo y la escena podía verse en su rostro una mueca de felicidad, como si huebiera muerto sonriendo.

Ann todavía no podía creerselo, el muchacho que siempre se metía con ella y que lograba sacarla de quicio había sido asesinado y después su cadaver había sido violado obligándolo a retorcerse hasta parecer una espiral de carne y huesos troceados, para luego ser intercalado entre unos barrotes de hierro de dos puertas. Casi como ella lo había imaginado. No es que la joven fuera partidaria de los criminales ni nada por el estilo, pero esque ese maldito Roy siempre se metía con ella a base de bien y muchas veces lograba hacer que ella se sintiera realmente mal consigo misma y con su aspecto, y por este motivo ella aveces había querido que el joven Ferguson se muriera.

-Ann: ¿Dices que después de matarlo lo atravesaron en las puertas de la blibioteca?

-Rose: Así es, lo estrujaron hasta meterlo por los agarraderos.

-Ann: Todavía no puedo creermelo...

-Rose: Al parecer Roy no había vuelto a casa ayer por la noche y sus padres preocupados habían llamado a la policía.

Ann todavía no podía creerselo, a pesar de los detalles que le contava Rose, así que ese día de convirtió en uno de los más extraños de su vida pero sin duda no sería el de mayor extravagancia, aún quedaban más cosas que llegarían a ser más extrañas en la existencia de la chica. El día se hizo más largo de lo normal y al acavar las clases Ann salió del aula de matemáticas y se dirigió hacia la blibioteca del instituto para intentar ver la escena del crimen. En el pasillo que llevaba a la blibioteca la policía había corrido un tupido velo para que nadíe pudiera ver lo que había pasado. Ann miró a su alrededor y cuando le pareció que nadie miraba se coló por debajo del cordón y pasó a través de la cortina, una vez allí dentro pudo ver la escena que todavía presentaba algunas salpicaduras de sangre y quedaban unos pocos trozos de piel y de carne, ella llegó a aimaginar al chico que llegaba corriendo hasta la puerta e intentaba abrirla cuando la persona o animal logró darle alcance. -Devió pasar un mal momento hasta que murió.- Al cabo de un momento, y sin tocar nada, la joven salía de puntillas de la escena y caminando con sigilo se deslizó hasta el pasillo, una forma de andar que si cualquier profesor o alumno la hubiera visto sin duda habría pensado que era cuanto menos sospechosa. Ann llegó a casa después de clase y pasó por al lado de la rosas negras mirandolas meditabunda, entró por la puerta y subió por las escaleras hasta su cuarto sin encontrarse con nadie, como siempre. Al llegar a su cuarto dejó la mochila revisó el messenger por si tenía mensajes, como siempre no tenía, a quién quería engañar, desde que su novio fallecera en aquel fatídico accidente de tráfico Ann dejó de hablar con la mayoría de sus amigos. Su novio Robert Mallers murió junto a tres de sus amigos cuando venían de una fiesta bebidos, el conductor Andy MC Coller fué el único superviviente, él hiba bebido como los demás y el coche al llegar a la penúltima curva antes del pueblo derrapó, debido a la velocidad, y salió recto por un terraplen hacia un alcornoque que había a veinte metros donde se estrelló a 140 Km/h. La policía en un principió creyó que era culpable de asesinato con premeditación, lo cual descartó cuando habló con el entorno de Andy. Ann perdió a su novio y dos de sus mejores amigos de un golpe y nunca volvió a ser la misma. Una vez mirado su correo electrónico se dirige a la puerta dispuesta a ir al cementerio para buscar y encontrar la tumba que apareció en sus sueños.

Al pasar junto a la casa de los Masters el perro volvió a correr como un loco hasta estamparse con la vaya y ladrar, pero esta vez estaba preparada y no se sorprendió nada cuando vió al animal. Ann llevaba metida una cosa en la cabeza, la posibilidad de que el Dr. Swoft tuviera razón, podría ser que el vampiro la hubiera seguido hasta el instituto y al ser descubierto por Roy este lo hubiera matado. No podía estar segura de eso, en estos momentos no, pero de lo que si estaba segura era que tenía miedo y que no pararía hasta dar con la tumba de sus sueños. A la llegada al cementerio había una pequeña concentración de gente en la puerta, que estaban allí para darle el último adiós a alguien, Ann pasó discretamente por al lado, no sin ver a una mujer mayor vestida de luto llorando a lágrima viva, con una persona sujetándola por cada brazo. La mujer de unos sesenta años, poco más, tenía unos rasgos que formaban un semblante que parecía muy sereno, con unos ojos inalterables, una boca seria, nariz pequeña y unas facciones severas a ambos lados de la boca, a ella no le hubiera extrañado que en mejores días fuese una mujer fría pero ahora con su llanto tan quejumbroso costaba hacerse a la idea. Ella no pudo evitar notar indiferencia, como le venía pasando últimamente, pero aún así trató de compadecerse de aquella mujer, entonces prosiguió con su camino. Buscó una a una la tumba que había soñado por toda el ala antigüa del cementerio pero no hubo manera de encontrarla, al fin se dió por vencida y camino hacia el pequeño bosque que colindaba con la zona de tumbas bajas y losas. Quedó sentada en un hancho tocón, sin aliento y con el semblante ensombrecido. Al poco tiempo de estar allí pudo escuchar el murmullo del agua cayendo a diferente nivel y recordó de forma repentina la última vez que había visto a quel hombre, así que se levantó y caminó hasta el claro. Una vez allí notó que podía oirse perfectamente el snoido que provenía de la cascada, cruzó el claro no sin antes detenerse para observar una grupo de ojas qe fromaban un circulo, quemadas, como si allí mismo hubiera caido un rayo. Después siguió andando hasta la cascada y allí estaba, un pequeño desnivel en el curso del rio de un metro y medio de altura, Ann pudo ver que detras de la cascada, según el curso del agua, en la parte que solo tenía la profundidad de una palmo, había un pequeño camino formado con algunas piedras y que permitía pasar hasta el otro lado del rio. Se convenció que tenía que mirar allí también para darse por vencida primero, así que pasó através de las piedras y continuo por un pequeño sendero que había. El camino estaba olvidado, era de tierra y estaba lleno de piedras, bordeado de maleza y árboles que cruzaban con sus ramas de un lado a otro. Al final del camino vió otro claro y una vez allí encontró una pequeña capilla con una tumba en el suelo a unos dos metros a la izquierda, Ann caminó hasta la lápida que estaba semicubierta por la maleza y las ramas de un árbol, cuando estuvo cerca pudo leer claramente la parte donde ponía "Verón".


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Mensaje  black cat Sáb 03 Sep 2011, 8:44 pm

me muero de nervios tu historia me tiene al borde de la locura... en buen sentido
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty El nombre.

Mensaje  TYPhoenix Mar 06 Sep 2011, 3:01 pm

Ann se acerca a la cripta con paso precavido. La contrcucción es de un tono gris mármol y parece que es de estilo medieval, en la parte superior hay una cruz enorme con los extremos hancheados. El techo en forma de vóbeda está cubierto de ramas y ojas secas, tiene unos alargados pilares a ambos lados de la puerta que se unen con el techo en forma de vóbeda, la puerta es más bien hancha y de madera vieja de roble socuro que a perdido el barniz por el paso del tiempo, una baja valla metálica de color negro de metro y medio de altura, cuyos barrotes terminan en forma de lanza y bastante oxidada la rodea. Los árboles que hay alrededor son de tronco oscuro, de tamaño medio, nudosos, su follaje emula nubes alargadas y frondosas. Un camino borroso, estrecho, irregular y con maleza, todo el claro está lleno de esta, lleva hasta la puerta. A escasos metros de la construcción se encuentra la susodicha lápida semienterrada por las hierbas y una porción de ella cubireta por ramas de árbol, Ann se acerca a la tumba y puede leer el nombre de Verón en ella. De pronto escúcha un ruido de ojas que hace que su corazón de un violento vuelco, ella vira rápidamente en la dirección en que proviene aquel sonido y agudiza el oido. Más ruido de ramas y ojas, sus piernas comienzan a estremecerse, su visión le parece que se nubla, el riego sanguíneo se va volviendo rápidamente acelerado, tiene que apoyar las manos sobre sus rodillas porque la respiración le comienza a fallar y su mente comienza a nublarse por el temor. Ella sabe que a sido descubierta y que pronto vera a su descubridor, solo teme que se trate de un demonio. Cuando Ann está a punto de venirse a bajo encuentra a su delator, unos graznidos atraviesan el cielo, prácticamente gris en su totalidad, y unos cuervos salen a buscar su alimento en bandada. Ann intenta calmar su corazón galopante en su pecho haciendo una respiración lenta, con la mano derecha puesta sobre sus grandes senos intentando aclararse la mente pués nunca había sentido tanto miedo, ni cuando de pequeña ahogo a su hamster. Rodly fué su primera mascota y la que menos le duró, el pobre animalito acavó lo que debía ser un "buen baño" con el cuello roto por el movimiento del tambor de la lavadora y a Ann jamás se le volvió a ocurrir meter a ningún animalito más allí dentro, su pequeña mascota de color blanco con manchas marrones y una, especialmente peculiar, negra con forma alargada en medio del lomo apareció panza arriba y con la boca completamente abierta al termino de la lavadora. Naturalmente Ann era muy pequeña cuando ocurrió esto pero todavía recordaba la cara de su madre cuando ella le enseñó el cadaver del roedor, la pequeña se quedó sin sus dibujos preferidos durante un mes por cometer aquel error. Cuervos, el animal que a representado la muerte durante tanto tiempo y protagonista de tantas supersticiones, habían observado como ella se acercaba a la cripta olvidada y en ruinas.

Ann se detiene delante de la tumba, lentamente aparta las ramas que cubren el nombre del propietario. Aparece el nombre de "VERÓN J. SAMDLER". El eco de los graznidos proviniente de la cascada logra erizarle el bello del cuerpo y la nuca, y decide volver a su casa para averiguar algo sobre este nombre en internet. Ya está socuro y ella comienza a ver todo tipo de formas dantescas que proyectan las sombras según encuentra farolas en su camino. Está muy nerviosa por el allazgo, comienza a sentirse absorta por todo este tema que, aparte de la enfermedad de su madre, es lo único en lo que piensa. La noche está muy oscura, Ann se ha entretenido demasiado con la tumba, empieza a hacer frío. Entonces como salido de las sombras un hombre emerge hacia el charco de luz en forma ovaloide de una farola, Ann se lleva un sobre salto, titubea un poco en sus pasos pero prosigue con su camino pasando por al lado de él. Para tranquilidad de ella que se sube el cuello de la chaqueta negra no pasa nada. Cuando lleva unos minutos caminando llega a la altura de unos terrenos sin edificar que están a un tercio de su camino a casa, entonces escucha una respiración fuerte y nerviosa detrás suya. Al girar sobre sus pies descubre al hombre que se había cruzado unos minutos antes, este se abalanza sobre ella rápidamente cogiéndola por los brazos. Ella forcejea.

-¡No se nada lo prometo!-Gime Ann- ¡No me hagas daño!

Pero el hombre no la escucha y sigue apresando sus antebrazos y Ann tira con fuerza pero no logra zafarse. El hombre, con su estatura y corpulencia, la mueve como si fuera un títere y la arrastra hasta uno de los rellanos, justo antes de entrar en la oscuridad logra verle los ojos bajo el sombrero y descubre que no son los de aquella persona que vió en el bosque, no tienen aquel fuego prundo que vió aquella vez. Tira con todas sus fuerzas pero no puede evitar que el hombre la lleve hasta el centro de aquella parcela donde apenas alumbra la luna. Siente un fuerte dolor en las muñecas, llora mientras sus pies resvalan sobre la tierra hasta que el hombre la enviste con fuerza suficienta para derribarla, no sin antes desgarrarle el sueter por el cuello. Ann cae de culo al suelo y pierde el lazo de su pelo que se lleva el viento. Con el cabello en la cara todavía, temblando de pies a cabeza y casi impotente ante la fuerza de aquel hombre.

-¿Qué quiere de mi?- Dice Ann, en un hilo de voz, mientras se interrumpe tragando saliba acumulada en la boca que apesar de estar húmeda tiene la sensación de tener la garganta seca.

-Si vistes como una mala chica los chicos malos querrán montarselo contigo.- Dice la voz que parece provenir de aquella figura en medio de la oscuridad.

Ann se resiste pero no puede hacer nada para evitar lo que parece que es un intento de violación. El hombre se agacha sobre ella y le rompe su ropa interior metiendo su mano por la fallda de volantes mientras con la rodilla inmoviliza las piernas de ella, después saca un cuchillo del bolsillo interior de su gabardina para evitar que Ann grite.

-¡Ni se te ocurra chillar o te rajo!- Vuelve a decir aquella voz ronca y grave.

Entonces se incorpora y comienza a quitarse el cinturón, la evilla en forma de águila reluce bajo la luna, Ann está aterrada y no sabe que hacer. El hombre se baja los pantalones, derrepente cuando él todavía sigue erguiddo un gruñido que proviene del cielo rompe el silencio. Ann observa aquella figura que mira hacia arriba y a su derecha como si tratara de encontrar algo en el cielo. No hay nada. Solo se puede ver oscuridad y la luna llena roja que hay en el cielo, Depronto otro gruñido. Esta vez seguido por un batir de alas, el hombre ve algo que escapa a la vista para ella. Ann se siente todavía más aterrorozada, está sudando y tiembla muchísimo. Entonces el violador comienza a subirse los pantalones para tratar de huir pero justo cuando se pone recto de nuevo unas garras aprarecen para apresarlo y desaparece:

-¡Ha desaparecido!... ¡El hombre ha desaparecido!... ¡No puede ser!- Grita Ann con un tono agudo que casi parecen chillidos ininteligibles.

Ann se incorpora y sale corriendo. No para de correr hasta llegar a casa. Sudada y todavía temblando, pensando en aquellas garras enormes, la escena del violador desapareciendo se repite una y otra vez en la cabeza de la joven, una y otra vez. Entra en casa corriendo y se tranquiliza un poco cuando cierra la puerta con llave. -Pero ¿Qué es lo que he presenciado? ¿Qué diablos he visto?- Mientras se formúla estas preguntas para si misma su madre aparece en la puerta del salón:

-¿Por qué vienes tan tarde? Estaba asustada ¿Sabes? Creía que te había ocurrido algo.- Ann no escucha a su madre y sa va directa a su cuarto como absorta en sus pensamientos, estremeciendose.

-¿Por qué no me contestas? ¡Dime algo almenos! Estos jóvenes de hoy en día no os preocupais por nada, ¡Seguro que estabas con aquel chico que me dijiste!

Una vez en su cuarto se encierra con el pestillo.



...
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty Re: La historia de Ann y Verón el vampiro.

Mensaje  black cat Mar 13 Sep 2011, 10:35 pm

estupendo un gran maestro del terror....

felicidades por tan soberbia obra
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty Re: La historia de Ann y Verón el vampiro.

Mensaje  tristana Miér 14 Sep 2011, 6:53 am

Toda una saga y muy bien escrita.

Te felicito. study
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty TYPhoenix

Mensaje  TYPhoenix Sáb 24 Sep 2011, 3:15 pm

Gracias a todos por seguir leyendo mi historia y espero que os guste como continua porque hay un montón de sorpresas y giros en la trama. A mi me gusta como estoy continuando la historia y espero que hos guste tanto como a mi que disfruto como un enano escribiendola XD
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty El nombre II

Mensaje  TYPhoenix Sáb 24 Sep 2011, 3:16 pm

Ann conecta su computadora al poco tiempo de entrar en su cuarto, cuando recupera algo de aliento después de la carrera y una parte de la cordura que al parecer ha perdido en estas últimas semanas con todo lo que está aconteciendo. El hombre del cementerio, el haz luminoso del bosque, el desmayo, los sueños del cazador persiguiéndola, el nombre de la piedra, la cripta sin escudo familiar, el violador volatilizado, el batir de alas. Todo da vueltas en el interior de Ann, como un remolino, esta se siente muy extraña desde que tomara contacto visual con los ojos de aquel ser, es como si su realidad se torciera, se distorsionara con el paso del tiempo cada vez más, como si la sola mirada de aquel ser que no pertenece a este mundo la hubiera envenenado o le hubiera lanzado un hechizo que estubiera reconstruyendo su visión del mundo provocándole vertiginosos mareos, sudores helados, fiebres consecutivas, angustia fatigosa y un terror al que no pudiera resistirse; Y el bien estar de no sentir las emociones como antes, al mismo tiempo, que le proporciona una paz absoluta. Ann introduce el nombre de "Verón J. Samdler" en su buscador y pulsa intro, el buscador comienza a comparar archivos en los que aparezcan estas palabras, al término le aparece una frase que le indica diezmil ciento un archivos en cuyo contenido aparece almenos una de las palabras "Verón J. Samdler". Entra en el décimo archivo, es un extracto del periodico New York Times de hace un año y siete meses en el que aparece una foto y el nombre de J. Smith en el pie. No es quien busca pero la página le sirve para introducir la opción de "buscar archivos similares". Ahora la busqueda queda algo más reducida, -resultados de la búsqueda: "2.581 archivos localizados" . Entonces Ann se endereza delante del ordanador y se desviste para ponerse su pijama. Se quita la cazadoras que llevaba abrochada hasta arriba y ve el cuello de su suéter desgarrado hasta la mitad. Al tirar de su suéter hacia arriba la goma de la cintura tropieza firmemente con sus grandes senos y le cuesta terminar de sacarlo. La ropa interior roja chillón queda finalmente a la vista, los adronos forales tranparentan aquí y allá dejando poco a la imaginación, y aunque no lo necesita, porque su cuerpo es todavía joven, lleva uno de esos sujetadores estilo wonderbra que realzan y juntan, sin aros eso si pero muy firmes en el contorno de su caja torácica. Se quita también la falda y sus bragas a juego no están, en su cabeza surgen denuevo las palabras -El violador-. Ann camina desnuda, salvo por el sujetador, hasta la habitación armario en busca de uno de sus tangas tan cómodos y su ropa de cama. Su pubis al desnudo parece como una alfombra de pelo largo y ondulado,suave al tacto, sensual y la vez inocente, pecaminosa, de tonalidad algo más oscuro que el cabello de su cabeza,pero no demasiado, uno o dos tonos, está ni demasiado largo ni corto, como unos dos dedos de frondosidad, y tiene forma de abanico comenzando ancha y haciendose cada vez más estrecha a medida que se aprocima a su vajina. Se viste con un pijama celeste oscuro, con camisa de tres botones y sin gomas, que se ciñe tan solo en el pecho, unos pantalones anchos con una fina goma en la cintura y que se ajusta en su trasero, bastante respingón, y con unos coches pequeños, correteando por aquí y por allá, de distintos colores tanto en la camisa como en el pantalón. Decide ir a por café a la cocina, la búsqueda le va a llevar lo suyo.

En la cocina ve un plato con lomo torrado y con un poco de salsa de tomate, pero se ha dado cuenta hace varios dias que su apetito ha ido mengüando, poco a poco, desde lo ocurrido en el cementerio, como sino necesitara el alimento, desde que su madre esta enferma de cancer han estado comiendo de régimen. Está algo más delgada, lo cual le favorece porque le sobraban unos quilitos, ahora se ve mejor que nunca lo ha estado y quizá le falten un par de quilos, pero, sin embargo, se siente más ligera que antes. Decide no coger el plato y va hacia la nevera, allí encuentra la jarra de cristal con un cuarto de litro de café frio aproximadamente, lo mete en el microondas para calentarlo dos minutos a temperatura media. Cuando se dirige a la puerta de la cocina con su taza de café y la jarra en las manos esta le muestra el interior del salón enfrente de ella, su madre se ha vuelto a quedar dormida en el sofá. Ann la tapa con una manta y la mira un momento a la cara, los medicamentos han empezado a hacer efecto y su melena hasta los hombros es ahora menos frondosa, incluso en las cejas tiene menos pelo que antes aún a pesar de que ni ella ni su madre no son muy belludas. Al cavo de unos minutos regresa a la concina para recoger de nuevo las cosas y sube a su cuarto. El café está bastante amargo con lo que intuye que a sido su padre quien lo hizo - Es de él, es su estilo, con poco agua y mucho café- esto hace un efecto casi inmediato y reparador sobre Ann que empieza a sentirse más animada para seguir con la búqueda en el ordenador.

Una vez se a tomado dos tazas prosigue con la hazaña. Poco más de media hora después tropieza casi por casualidad con un archivo en el que aparece el nombre en cuestión, en el aparecen unas noticias de la época de la revolución industrial donde se afirma que el susodicho estaba relacionado con magia negra y otras supersticiones de la época, entonces pincha en la opción de archivos relacionados para ver si encuentra una foto con la que poder identificarlo. Después de cuarenta y siete minutos mirando archivos que no tienen nada que ver con el asunto por fin da con unas fotos. En la foto de la izquierda aparece un tal Sr. Verón R. Samdler con el pie de foto que hora "Padre" y en la de la izquierda está Verón J. Samdler con el pie de foto que anuncia "Hijo", pero -¡Espera un momento! Esto no son dos fotos de personas que se parecen mucho, como un padre y un hijo por ejemplo, -Exclama han como si anunciara excitada una nueva ley de la física recién decubierta- esto son fotos de la misma persona-. Ann acava de dar con lo que ella cree que es la clave de todo, ¡la misma persona! Entonces imprime las fotos para tener la prueba. Justo cuando falta un minuto para que las fotos estén listas ve que ha recibido un mensaje en su MSN.

-Es de desamparada- Dice casi en un titubeo, como temiendo contestarle por recibir una represalia de esta.

MSN

-Desamparada dice: Hola Úrsula, cómo tú despierta a estas horas?

-Úrsula dice: Bueno aquí buscando unas cosillas, pero ya he terminado...

-Desamparada dice: De qué? no me digas que son deberes

-Úrsula dice: No... es sobre el hombre misterioso.

- Desamparada dice: Qué dices?

Me estás empezando a preocupar de veras

Y si el chiflado de Swoft tenía razón? Y si es un vampiro o lo que sea

-Úrsula dice: Tranquila ya he terminado...

-Desamaparada dice: Cómo que ya has terminado??

-Úrsula dice: Si... encontré unas fotos... en las que aparece él...

-Desamaprada dice: Ha si?? esque se trata de un famoso?

-Úrsula dice: No pero son muy antigüas... en ellas aparecen su padre y él... y creo que se trata de la misma persona.

-Desamparada dice: No me digas??

Acaso no hay gente que se parecen?

y más todavía siendo familia eso no tiene nada de extraño

espera un momento que Masakre también quiere hablar contigo.

le recuerdas??? en la vida real todo sigue cambiando y recuerda que te dije que es mi novio ahora

-Masakre dice: olaaa Úrsula cómo va eso?

oye me ha dicho Desamaparada ke estás algo obsesionada con todo esto del extraterrestre ese.

Bill Thom alias "Masacre", como lo conocían en internet todos, solía llamar extraterrestre a aquellos tipos que se salían un poco de lo normal, Ann recordaba que la primera vez que se conocieron, estubieron en una terraza en la playa un dia soleado y pasó cerca de ellos un camarero que mediría como un metro noventa y Bill exclamó -¡Vaya, menudo extraterrestre el tipo este!- a tal volumen que incluso el camarero lo escuchó y se giró ofendido hacia ellos, ella al ser tan introvertida se ruborizó apesar de que aquello no iba dirigido a su persona. El camarero les lanzó una mirada a todos ellos de las que te dejan cuanto menos incómodo. También recodaba que lo había dicho almenos en cinco o seis ocasiones más las veces que ella había quedado con Desamparada para verse con él y Wolf y que había pensado que Thom parecía un estúpido repitiendo esa palabra de película de los ochenta, aquella época en que la ciencia ficción se había volcado por completo en el tema de la vida fuera del planeta Tierra, aunque a Desamparada le perecía muy "guay". Una de aquellas veces incluso les echaron de un bar porque dijo que el barman del Tom Guddy's parecía un extraterrestre con el peluquín que llevaba, resultó que el barman era Tom Guddy en persona. También recordaba la forma tan ridícula de subirse los pantalones que tenía, tiraba de su evilla en forma de moto con las dos manos para ponerse los pantalones un dedo por debajo del ombligo, lo que hacía que la costura de atrás se le metiera entre las nalgas. En definitiva Ann sabía perfectamente que Desamparada y el bajito, rechoncho y casi calvo de Masakre estaban saliendo pero no alcanzaba a saber que era lo que le atraía de ese capullo engreido que pensaba que todos los demás eran menos cultos que él.

-Masakre dice: Desamparada me lo ha contado todo

pienso ke padeces algún tipo de obsesión con este desconocido

-Úrsula dice: No estoy obsesionada...

Aunque parte de lo que decía Thomp era acertado no quería reconocerlo.
-Masakre dice: Vamos no te enfades solo queremos ayudarte

Deberías dejar el tema de un lado ya y centrarte en recuperar tu vida un poco

-Úrsula dice: Si, es posible... solo quiero hablar con el profesor Swoft una vez más para quedarme más tranquila...

-Desamparada dice: Así se habla muñeca

espero que eso sea cierto

una conversación más y lo dejas ok?

-Úrsula dice: Está bien... bueno tengo que marcharme ya, besos y gracias por preocuparos por mi.

Pero el profesor Swoft no se encontraba localizable. Había dejado en la frase, debajo de su nick, en su MSN la oración poco ingeniosa de "estoy en roma para consultar con los ayudantes del Papa". Ann no sabía de nadie más a quien pudiera acudir por cuestiones tan extravagantes como esta y se sentía un poco dejada a su suerte. En el instituto se pasaba las clases sin poder concentrarse y se sentía irascible con cualquiera que le dirigiera la palabra en su casa. Incluso con su hermana mayor que había regresado tras finalizar el primer período de estudios del segundo año de carrera en la universidad de bellas artes en la capital cercana. Melinda Haskell era morena como su padre, tenía el pelo largo y con el flequillo recto, unos ojos negros como el carbón que a Ann le encantaban y recordaba que de bien pequeña, durante una temporada, tubo celos de sus ojos, Meli, como la llamaban en casa todos, tenía un cuerpo de modelo, era bastante más alta que Ann, casi tres palmos (y eso que ella era de estatura media) tenía los pechos más grandes y unas interminables piernas que atraían las miradas de todos los chicos, así como su cuerpo delgado. Al contrario que Ann era una chica muy extrovertida, simpática, alegre y no necesitaba estudiar para que las cosas se le quedaran, podría haber estudiado lo que quisiera, incluso derecho, pero se decidió por la rama del arte por la cual se había sentido desde muy joven atraida y quería llegar a ser dibujante de comics profesional, lo que no era demasiado difícil con sus dotes. En clase Ann recordaba haber leido Drácula de Bram Stoker para la clase de inglés y en el aparecían unos versos que hablaban de Mina, que caminaba dormida y acudía al encuentro del conde, pero ella estaba despierta y tanto, la realidad era bien diferente de las historias de los libros, estaba despierta y su pensamiento siempre giraba en la dirección de aquel cementerio y todo lo relacionado con Verón, por el nombre en que ahora se refería a él en sus pensamientos.

-Ya va una semana desde que el profesor se marchó- Decía Ann en la intimidad de sus aposentos. -Una semana sin poder contarle las nuevas noticias sobre este asunto. Ahora su aspecto no era el mismo, parecía mucho más delgada, estaba algo despeinada como si hiciera cuatro o cinco dias que no se peinara, su ropa estaba arrugada y olía un poco mal. En su cara podían verse las ojeras de varias noches sin poder conciliar el sueño como es debido y sus hermosos labios antaño ahora mostraban la falta de vitaminas a través de cortes y sequedades.
-Necesito hablar con él. - Decía todo el tiempo, en un tono más histérico como si andara al filo de la locura.

Cuando derrepente su semblante cambió, como si una luz lo iluminara por un instante fugaz y sus ojos centellearan debajo de su flequillo sin cortar. La idea que apareció en su cabeza fué la de ir a visitar el cementerio. Entonces Ann se fué al cuarto de baño, al fondo del pasillo de la primera planta. Allí se dió un baño y se pintó como si fuera a tener una cita, sin borrar ni por un segundo la sonrisa desquiciada de su cara, los labios de color morado oscuro, los ojos de negro y bien empolvada de blanco. Se vistió con sus mejores ropas, un vestido negro de falda corta y con muchos volantes, una diadema blanca con una margarita blanca también, guantes blancos de seda, calcetines largos blancos de hilo fino, zapatos negros y cogió su sombrilla blanca. Caminó hasta el cementerio sin hacer el menor caso al perro de los Masters y una vez allí se dejó llevar entre las tumbas, paseó entre ellas y sin darse cuenta habría recorrido el camino de la cascada. El cielo estaba gris y las nubes que cubrían el sol anunciaban un mal presageo. Entonces una vez allí, delante de la cripta Ann se detuvo y esperó.
No tubo que esperar demasiado. Verón hizo su espectacular aparición, con un destello que atravesó el pequeño claro en linia recta, como si de un foco se tratase, y después un haz pálido pero cegador le envolvía. Este empezó a amainar poco a poco hasta que al fin se le pudo distinguir entre aquellas partículas brillantes. Con un gesto de su mano consiguió que Ann caminase hasta él para cogerle.

-Cuanto tiempo he esperado este momento,- Dijo Verón con el trueno que brotaba de su garganta, pero a los oidos de Ann la voz más dulce que había escuchado.- podría escribirte mil versos, los más tiernos y románticos que jamás hallas leido en tu breve vida, cantarte cien canciones, las más alegres y bellas que hallas podido escuchar, pero ninguno podría hacercarse a describir la espera que he padecido y el confort de encontrarte. Poseo el talento de mil escritores, la sabiduría de quinientos consejeros reales, le pericia de diez mil pícaros. He pasado por guerras, distintas épocas, siglos en soledad, años tras años sin encontrar a mi pareja. He visto morir a las mujeres más hermosas que pudieras imaginar, a las mujeres más cultas, a las más poderosas pero ninguna me llenaba. Ninguna consiguió completar mi alma maldita que no puede ver el sol ni la mañana. Hasta que tú llegaste a mi. Ahora todo es distinto porque tú me perteneces y enterraré tú alma mortal en las sombras. Vagarás por mi a través de los reinos oscuros sin preocuparte por los demás mortales. Padeceras lo indecible por estar a mi lado como lo has estado haciendo hasta ahora. VIvirás para complementar mi alma por siempre jamás y para compenetrarte con mi mente. Me darás tu ser cada vez que te lo pida, justificarás mis actos crueles como actos benevolentes. Volarás a mi lado para alimentarte conmigo y desearás que te dé mi sangre por encima de todo lo demás incluso los de tu misma especie, desconocidos, conocidos, amigos, seres queridos, familiares. Yo con estas palabras te reclamo como mi compañera.
Al termino de esta frase un relampago quebró el cielo que se había oscurecido notablemente y con su trueno ensordeció a todos aquellos que se encontrasen a quilómetros a la redonda. Y Verón al fin mordió el cuello de Ann con la voracidad un león que acava de capturar a su primera presa después de semanas sin comer. Después de haber saciado su basta sed Verón quedó con Ann inconsciente entre sus brazos. La posó en el suelo. Y por muy increible que parezca se convirtió en un monstruo alado de más de dos metros de altura y una embergadura de unos ocho metros, apresó con delicadeza el cuerpo de la joven entre sus horripilantes garras y alzó el vuelo. La llevó hasta su casa y se posó en el techo del porche que caia justo debejo de la ventana de su cuarto y la entró através de la ventana. Ann se despertó a mitad de noche, débil, muy débil, tanto que sentía unas enormes nauseas pero no lograba devolver, notaba como si sus arterias, venas, y órganos de su cuerpo se deshicieran dentro de ella. Se levantó de la cama y calló inmediatamente de rodillas chocando con la silla de su escritorio y tumbandola. Trató de alcanzar la lámpara de su mesita pero la rompió contra la pared. Con su último intento de subir a la cama tiró por el suelo las sábanas. El sufrimiento estaba presente en toda la habitación. Ann estaba tirada boca arriba en el suelo tratando de vomitar, pero solo conseguía escupir saliba y flemas de sangre que le caían por la cara. Sus entrañas se retorcían de dolor y sufría violentas convulsiones, sudaba mucho, zarandeaba la cabeza alborotando su pelo para intentar eliminar lo que parecían delirios, imágenes de personas a las que ni conocía, voces de desconocidos que hablaban idiomas que nunca escuchó, su cuerpo se tensaba en su totalidad a ratos, se arañaba los brazos para intentar eliminar la sensación de nauseas, era como si su cuerpo tratara de devolver su estómago al completo.
A la mañana siguiente Ann apareció muerta. Su familia quedó estupefacta cuando el Dr. Willson, un anciano que trabajaba en emergencias desde hacía más de curenta años y que todo el barrio conocía por su famoso mostacho blanco, anunció la muerte de la joven. Ann fué enterrada aquella misma tarde sin practicarsele la autopsia, las verdaderas circunstancias de su muerte fueron tapadas por una anemia crónica, ya que la madre de la joven y el resto de su familia habían testificado que las últimas semanas la chica no comía apenas. Pero ese no era el final de Ann, si de la joven que conociamos pero su esencia permanecía allí mismo, en su cuerpo. Por la noche, cuando todos habían avandonado el lugar, una red pesquera cubría la superficie de la tumba y cuando apareció la luna algo impensable ocurrió. Una mano blanca como el mismo marmól salió entre las tierras para después ser seguida por el resto del cuerpo de la muchacha. Cuando acavó de salir quedó atrapada por la red. Yo mismo pude ver como la transformación había sido completada. Aquel ser, todavía debilitado por no haber comido nada, poseía una belleza increible. Era aún más bella que en vida, pero tenía los labios rojos como el carmesí y unos incisivos caninos blancos y enormes. Su cara había recuperado el color rosaceo que tenía en vida y su cabello brillaba más que nunca. Fué impresionante la imagen de la joven que había sido ultrajada en vida por el peor de los pecados. Su voz pedía ayuda para salir de entre las cuerdas que la apresaban y el tono era casi angelical, no pude mirarle a los ojos ni por un instante, casi me arrepentí de lo que había venido a hacer. En el último de mis arrebatos por no escucharla conseguí poner fin con aquella monstruosidad que parecía un hermoso ángel y le clavé la estaca que portaba entre mis manos en el pecho, atravesandole el corazón. Una vez hecho volví a enterrarla para que descansara en paz. Y así es como maté a Ann la vampira, yo el profesor Swoft.


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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty Una nueva etapa.

Mensaje  TYPhoenix Sáb 01 Oct 2011, 3:09 pm

-Ese pobre ignorante del profesor Swoft creyó haberme matado con una simple estaca. No sabe que la única forma de darle muerte a un vampiro es exponerlo a la luz del Sol. Aunque dar muerte a un vampiro no se si es realmente el termino apropiado, ahora, no sería cierto decir que me siento viva, pero tampoco me siento muerta, solo diferente. Mis sentimientos, ahora, es como si estuvieran al otro lado de una vitrina con una capa de polvo que no me permite verlos con claridad. Opacos, borrosos, meros recuerdos de una vida que viví y que me da la impresión de haberla dejado atrás hace ya muchos años. Ahora con la sabiduría que me transfirió Verón mediante su mordisco comprendo muchas cosas, entre ellas lo insignificante que era mi vida mortal y el gran honor que me otorgó al convertirme en su dama oscura. Antes no temía a la muerte, pero si a la enfermedad. Ya no temo a nada, me siento más viva que nunca y al mismo tiempo como sino estubiera viva. Es difícil explicaros como me siento, siendo una de ellos, para vosotros que todavía sois mortales- Termina de decir Ann con una mueca sonriente y con mirada vidriosa.

Ann decidió que debería cambiar de nombre y escogió por el que la conocían sus amigos en internet, Úrsula, para comenzar su nueva vida. Decidió que debería cambiar de ciudad por temor a Verón, que ahora sería un duro rival que intentaría mantenerla alejada de su zona de caza, ya que ahora comprendía muchas cosas como por ejemplo que un vampiro se hace más fuerte con el paso de los siglos y su mentor le llevaba mucha ventaja para poder hacerle frente. Úrsula comenzaría a estudiar de noche para no levantar sospechas por sus faltas a clase y aprendería a camuflarse entre los humanos como un auténtico camaleón. Sin llamar la atención, sin vestidos de epoca ni corpiños llamativos, sin relaciones reales con los demás compañeros, bueno esto no era muy complicado para ella, solo la joven callada que no dice nada nunca. Úrsula Brown, así se haría llamar apartir de entonces, pero ser un camaleón no sería tan fácil aún a pesar de sus nuevos conocimientos. Tendría que simular que comía como el resto para que nadie se fijara en ella, emular sentimientos que ya no poseía, mezclarse con el resto sin levantar sospechas y lo peor de todo sería no embrujar con su mirada a todos cuantos se cruzaran en su camino. Úrsula lo tenía todo planeado. Dormiría en una cripta del cementerio durante el dia, por la noche se alimentaría sin llegar a matar a ninguna de sus presas, si podía evitarlo, antes de ir a clase y estudiaria para formar parte de la burguesía (Los vampiros adoran este estilo de vida).

Su primera noche después de que el profesor Swoft intentara matarla no iba a ser nada fácil. Tenía que actuar con rapidez y sigilosamente. Lo primero era lo primero, tenía que alimentarse sin matar a nadie para que no pudieran seguir su rastro, pues la realidad de ser un vampiro no tenía nada que ver con las películas de cine. Nada de sociedades, ni mucho menos, los vampiros eran seres territoriales y no admitían intrusos en su zona de caza, como ellos llamaban a las ciudades, y además ahora sabía que el vampiro que mató a Roy Ferguson, su excompañero de clase, no era Verón sino un intruso que podría toparse con ella mientras todavía seguía débil y matarla. Para colmo si se encontraba con Verón es posible que este intentara dejarla embarazada, lo que sería letal porque su propio hijo la mataría para nacer. Como mucho podría encontrar clemencia en Verón, su mentor, pero no debía albergar demasiadas esperanzas porque Verón era casi uno de los Antigüos, (Los Antigüos eran seres que podían haber nacido vampiros y nunca haber conocido los sentimientos o por otro lado haber vivido tanto tiempo que ya ni los recordaban. Esto junto con la fuerza acumulada con el paso de los siglos, hablar de años sería ridículo para ellos, los convertía en auténticas guerreros dadores de la muerte). Ann, o Úrsula ahora, salió de su tumba con algunas complicaciones, estaba muy debilitada y al parecer el Dr. Swoft Había echado una gruesa capa de cemento sobre su tumba como parte final de su ritual. Trató de transformarse en murciélago para desplazarse volando sin éxito. Su opción era caminar y tambaleandose se dirigió a la parte del muro del cementerio más cercana. Con gran esfuerzo la joven vampira se agarró entre las piedras de la muralla, subió un pie, trabajosamente alzó el otro quedando susendida a un palmo del suelo, cuando trató de alzar más el primer pie cayó en redondo. Desde el suelo meditó que debería hacer algo mejor que eso para poder escapar de lo que en aquel momento era su prisión y que la condenaría a muerte sino era capaz de escapar. Su vestido blanco y lleno de polvo volvió a caer por debajo de sus rodillas cuando se levantó. Otra vez la misma operación, se aferró con los dedos en la rendija entre las rocas, alzó un pie y lo colocó a un palmo del suelo, después el otro por encima del primero como a palmo y medio. Subió y subió, se encontraba a metro y medio del suelo; a ojo, miraba hacia abajo y pensaba en que ocurriría si caía. No podía morir porque estaba ya muerta, en teoría, pero si que sentiría el dolor como el que estaba sintiendo en sus dedos ahora mismo. Sus uñas no estaban preparadas para trepar por el muro e iban desgarrandose, le sangraban los dedos, pero tenía que seguir subiendo y aún le quedaban unas cuatro partes por subir hasta alcanzar la parte superior. Subió, luchando contra su dolor. Subió, venciendo la flaqueza de su apetito voraz. Subió, perdiendo casi todas las uñas de sus manos por el camino, rasgandose el vestido. Una vez arriba Úrsula Brown tuvo que apoyar la tripa en el muro para descansar. Miraba abajo y sabía lo que le iba a costar bajar ahora, el dolor, el apetito, se sentía más cansada que nunca lo había estado. Entonces comenzó el mismo trayecto pero a la inversa por el lado contrario. Bajó un pie, después una mano, el otro pie, la otra mano... cuando fué a bajar el primer pie de nuevo la piedra donde lo apoyó se salió del lugar que ocupaba debido a la erosión y los años, Úrsula resvaló y quedó pendiente de sus dos manos aferradas a la muralla con un golpe seco. Sus dedos le dolían mucho, muchísimo. El dolor era insoportable, entonces los dedos de una de sus manos se dislocaron hacia atrás debido al peso de su cuerpo y ella cayó desde los casi siete metros verticales que tenía la muralla en toda su altura. Se rompió el cuello al chocar contra el suelo. Quedó en una pose de gimnasta, con los hombros apoyados en el suelo, los brazos extendidos a los lados del cuerpo retorcido hacia atras y con las piernas dobladas por delante de la cara, de no ser por el cuello en aquella postura. Se mantubo en aquella dantesca posición media hora hasta que su cuerpo se recuperó de la lesión.

-¡Vaya! Esto si que no me lo esperaba, pero me alegro de ser un vampiro ahora más que nunca jajaja.- La risa de Úrsula sonaba gutural ahora, como si proviniera de otra dimensión.

Úrsula caminó por el parque que había enfrente de una de las puertas laterales del cementerio en busca de una presa. Decidió que si quería atraer a algún hombre debía mejorar su aspecto y fingir ser bulnerable. Lo primero que hizo fué desgarrar la parte inferior de su falda para que se le vieran las piernas. Después se mojó la cara en una fuente que había en el parque para limpiarsela y mira, he aquí otra prueba de la ficción sobre los vampiros, ahí en el agua estaba su otro yo. Por último se acercó a un pequeño y viejo aseo público que años atrás habría estado abierto a todo el mundo, pero que ahora estaba cerrado, y se miró en los fragmentos de piezas porcelánicas que estaban chapadas en el exterior de las paredes de este. Por muy difícil que le pareciera creerlo la muerte, o no muerte, le había sentado extraordinariamente bien. Su cara era más bella y redonda que nunca, sus ojos emitían una luz como de otro mundo, su cara había recobrado el suave color rosaceo, sus pómulos se encontraban encendidos y más redondos, sus labios eran más carnosos y de un rojo muy vivo y su pelo brillaba, brillaba como todo su cuerpo. Estaba rodeada de aquel aura, un haz de partículas luminosas y muy extrañas que no se apartaban de ella, solo caían y volvían a subir zigzagueando o haciendo espirales entorno a su cuerpo. Cerca de allí un camión de la basura frenó en seco, emitiendo el sonido de las ballestas, un sonido que cruzó todo el parque y un hombre, que hacia su jornada en solitario, bajó para hacercar el contenedor de basura a la parte trasera del camión.

-Dichoso Henri, mira que ponerte enfermo hoy mismo-. Dijo el basurero dentro de la cabina del camión que emitía un pausado pero continuo pitido de tono grave, mientras obserbaba el itinerario a seguir. Cuando iba a proseguir con su camino la voz de una mujer llamó su atención. No sabía muy bien de donde provenía, pero si se escuchaba claramente como arrastraba todas las palabras.

-PuedeAyudarmeSeñorCreoQueMeHePerdido.- Decía Úrsula fingiendo estar borracha.

El camionero miró a su dereche y comprovó que era de allí de donde provenía aquella maravillosa voz que le hacía fantasear. Úrsula Brown se aproximaba tambalenandose al camión. El hombre dudó un instante en bajar para ayudar a aquella hermosa joven que parecía en apuros, pero al fin se decidió y bajó.

Ella fingió torcerse un tobillo, para terminar de convencer al conductor. Este al verla doblarse y apoyarse en un fino troco de árbol aceleró el paso hasta alcanzar a la joven. Se dobló para pasarse el brazo por detrás del cuello mientras decía -¿Se encuentra bien señorita?- Esto fué lo último que recordaría de aquelo que luego le parecería un sueño. Úrsula le atacó con un mordisco en el cuello y apunto estubo de martarlo absorbiendo el delicioso manjar que emanaba de las venas de aquel hombre. Mientras bebía, sentía como su cuerpo se iba inchando de energía y todo su ser se volvía más fuerte casi instantaneamente.


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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty Re: La historia de Ann y Verón el vampiro.

Mensaje  black cat Dom 02 Oct 2011, 1:00 am

siento no haber podido contestar antes...

pero en verdad tu historia es fantastica me mantiene en suspenso...

es genial la forma en q manejas la trama...

felicitaciones
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La historia de Ann y Verón el vampiro. Empty Como hacer una mudanza rápida.

Mensaje  TYPhoenix Miér 12 Oct 2011, 10:13 am

Úrsula llegó a la ciudad más próxima volando. Había atacado a dos personas más en su antigua ciudad antes de partir. Esa iba a ser su maldición apartir de aquel momento, para que sobreviva el fuerte tienen que caer los débiles. Una vez en la nueva ciudad buscó el cementerio más próximo. Allí revoloteo por encima de las tumbas como si fuera el enorme pájaro que portaba malas noticias, girando de acá para allá en el aire, proyectando una tenue sombra a contraluz de la luna llena que había en aquella estrellada noche. Era como si las estrellas y la luna le dieran la bienvenida a su nueva vida eterna con una danza casi imperceptible, a ojos impacientes, que era más espectacular gracias al brillo singular de cada uno de los cuepos celestes. La brisa también se hacia participe de esta fiesta soplando ahora más fuerte y ahora más despacia, fría, sonaba hueca entre las lápidas; Como una voz distante. Todo parecía dispuesto para dar comienzo a la celebración en cuanto la anfitriona aterrizara. Las sombras hacían acto de presencia amontonandose en el suelo, el olor de las flores inundaba el hambiente, las estrellas con su brillo contagiaban su glamour, las tumbas, como si fueran comensales estáticos y sentados, prestaban su atención, el viento con su voz en la lejanía animaba a todos a festejar, los árboles chocaban sus ojas y sus ramas como espectadores aplaudiendo. La vampiresa aterrizó sin mayor dilación.

Caminó con su pálido haz de luz acompañandola, ahora llevaba puesta la ropa de una joven a la que había asaltado en su cama, la había encontrado durmiendo con la ventana abierta en una planta baja y después de saborear parte de su vida recogió la ropa de un cesto que había en la habitación. Una sudadera violeta con las letras -Kiss- en tachuelas, unos tejanos negros desgastados y con una raja bajo la nalga derecha y unas zapataillas rojas de tela dura. En este momento se la veía radiante, más incluso que cuando salió de entre las tierras de su tumba, si cabía. Caminaba mirando las frías piedras que anunciaban nombres como hacía en vida. Retocando adornos, limpiando fotografías hablando con ellos, paseando. Llegó hasta las criptas y escogió la más grande y hermosa, de estilo bizantino, no muy deteriorada. La miró como haría una pareja que acavaba de comprar su nuevo hogar. Todo estaba dispuesto para su nueva vida. Tenía energía de sobra, se sentía más bella que nunca, no sentía nada, pero tampoco era vacio lo que había en su interior, si pudiera sentir algo en ese preciso instante sería euforia a buen seguro. Pero había algo que la intrigaba y viraba su pensamiento a la puesta de sol, ¿Cómo sería el descanso de un vampiro?

La noche fué larga y dura, pero al termino ya estaba todo dispuesto para comenzar una nueva etapa. Había comido, lo que era un adelanto muy grande porque de lo contrario seguramente habría terminado su existencia, se había instalado en una cripta, almenos temporalmente, y se había matriculado en un nuevo instituto para comenzar las clases nocturnas cuanto antes. Ahora el sol estaba en el primer precioso alba que no vería jamás y ella tenía que descansar, pero algo en ella se removía inquieto. El día fué extraño en sí, fuera de la estructura donde Úrsula descansaba el viento soplaba con fuerza como para traerle sueños extraños. En uno de ellos recordaba el miedo y se sentía amenazada por algo que no comprendía, algo que la perseguía e intentaba encontrarla. Después el sueño cambió y aparecía como cuando era pequeña, alguien la estaba regañando por ser tan descuidada, pero aquella persona no era ni su madre ni su padre, se trataba de una mujer desconocida para ella o que, quizá, no recordaba de su infancia, pero allí estaba. Era una mujer muy hermosa, más que ninguna que hubiera conocido. Tenía el pelo castaño recogido solo por detrás, de un brillo intenso y con unos bucles que le caían a ambos lados de la cara tapándole las orejas. Su frente era lisa y despejada, sin ni una arruga, las cejas hábilmente perfiladas eran largas, muy delgadas y enmarcaban sus grandes ojos de color verde, que poseían una sombra como de tristeza y los hacía muy profundos, casi grises, pero con un chispazo de inteligencia en ellos. La nariz era redonda y pequeña, con un tabique poco pronunciado y unas fosas nasales bien proporcinadas. Las mejillas comenzaban redondas y respingonas para acavar delgadas a ambos lados de la boca, esta tenía unos labios rosáceos, muy carnosos y eran muy amplios, bajo los cuales habían unos dientes pequeños y muy blancos con unos incisivos caninos especialmente pronunciados, el mentón pequeño y no demasiado duro y la barbilla con hoyuelo creaban sin duda alguna el punto fuerte de la mujer. La mujer ataviada con un vestido marrón oscuro con diminutas flores negras era ceñido en sus pechos de un tamaño mediano y en sus brazos delgados y redondos, particularmente anchos en los hombros y de cintura para abajo. Estaba regañando a Úrsula en una lengua que ella desconocía, pero en el sueño asentía con un deje en la cara de arrepentimiento.

Úrsula Brown se despertó fatigada, el dia había acavado y ahora daba paso a la noche. La luna comenzó a subir hasta colocarse en su punto más alto y Úrsula salió en búsqueda de comida. Descubrió que en aquella ciudad habían muchos bagabundos, lo que le facilitaría la caza, solo tenía que esperar a que uno de ellos se separara del resto. Cuando llevaba poco tiempo esperando sobre la azotea de un edificio vio como uno de ellos se apartaba de las hogueras improvisadas en cubos metálicos de basura y alimentados con cartones pequeños y papeles de periódicos del dia anterior, tirados por algunos transeuntes descuidados. Ann lo siguió por los tejados, su nueva fuerza hacía que se regocijara dando saltos que desafíaban la fuerza humana. La persona en cuestión no tenía los treinta años, su atractivo contrastaba con esas ropas tan sucias y raidas, llevaba una gorra de la cual caía su cabello pegajoso y grasiento de color negro, una camisa a cuadros grises y blancos con montones de medallas y faroles de suciedad y a la que le faltaban algún que otro botón, sobre la camisa portaba una chaqueta de color ocre con agujeros en los codos y algo deshilachada, los pantalones le venían cortos, de color marrón y llevaba unos zapatos marrones también que apenas tenían unos trozos de cordones para sujetarse. Úrsula lo siguió con la mirada hasta un lugar oscuro. El joven de no más de veinticinco años se apoyo en una fachada del callejón donde se había internado y sacó algo pequeño del bolsillo de su camisa, casi imperceptible a la vista humana desde la distancia a la que estaba ella. Una jeringa. El joven se estaba pinchando en el callejón y seguramente se había separado para evitar a los posibles gorrones sin saber que en aquel momento se estaba jugando la vida. Estaba sudando y temblando mucho, primero se arromangó la chaqueta y la camisa, después se apretó el brazo para conseguir ver las venas de subrazo, la piel blanca del joven hacía que Úrsula que lo controlaba se pusiera frenética. En tercer lugar sacó una goma elástica y se la ató con fuerza en el bíceps, con esto logró su objetivo y las venas de su brazo comenzaron a colapsarse de sangre, esto a ella la puso por la nubes. Con pulso torpe y tembloroso se pinchó en el brazo inyectandose el contenido de la jeringa. La vampiresa se irguió detras de la fachada de la azotea en la que estaba escondida. El joven terminó de colocarse y la emperatriz de la noche saltó desde lo alto del edificio de cuatro plantas más la terraza y cayó junto al joven doblando las piernas y apoyando una rodilla en el suelo para mortiguar la caida. El hombre se sobresaltó e intentó huir, pero ella lo agarró por la chaqueta desgastada y lo zarandeó como a un muñeco de trapo estrellandolo contra la pared.

- Ven aquí mi querubín-. Dijo Úrsula con voz aterrorizante.

- ¡No!... ¡No! ¡Yo no he hecho nada, lo juro!-. Balbuceó él.

- ¡Sssshhh!... No digas nada más, esto no te va a doler. Te llevará al paraiso que tanto anelas con tus drogas. ¡Ja ja ja!

-¡No!... ¡Yo no!...

El joven se resistió con un ímpetu que no habría mostrado estando sereno, golpeando con el puño derecho en la cara de la vampira que solo notó algo más que unas cosquillas y después en el estómago. Ella lo volvió a estampar contra la pared, el chico trataba de quitarse las garras de ella una y otra vez hasta que al fin ella lo agarró por el mentón y giró suavemente su cabeza hacia un lado. No quería matarlo, solo alimentarse. Él tenía los ojos cerrados con fuerza, lo que impedía a Úrsula hipntizarlo para que dejara de luchar. Al fin se comenzó a cansar de pelear y ella le mordió en el cuello con suma facilidad. El muchacho empezó a notar que las fuerzas le abandonaban y desistió de toda resistencia.

-No me hagas daño...- Susurro el joven.

Úrsula Brown terminó de alimentarse y ahora tenía que seguir con sus planes. Se encontraba delante de una comisaría terminando de urdir su plan para reemplazar su vieja identidad por la nueva. Debía hipnotizar a alguien del cuerpo, pero no podía ser un policía cualquiera porque entonces sería más complicado. Dentro de la pequeña comisaría habían tres agentes, más una o dos patrullas que estaban haciendo la ronda, así que el plan era sencillo, abisaría desde una cabina de que la habían agredido a corta distancia de la allí para que dos de los agentes que se encontraban dentro fueran a buscarla y entonces solo quedaría el jefe del turno de noche dentro del edificio. Así lo hizo, llamó desde una cabina que había en la esquina, enfrente mismo de la comisaría, y dió una dirección a cuatro manzanas de allí. Los agentes salieron de las instalaciones en un coche patrulla y ella entró en el edificio. Una vez allí dentro se dirigió hasta el mostrador de recepción e hipnotizó con su mirada penetrante al jefe de noche. Este no opuso resistencia alguna, su corazón no era demasiado puro para hacerlo. Entonces le dió la orden de que arreglara los papeles del cambio de nombre y dirección y se marchó, ahora solo cabía esperar a que se los enviaran a la dirección de un terreno deshabitado que había escrito en los impresos.

Úrsula llegó al instituto diez minutos antes de la primera clase y se sentó en un banco de las dos hileras que habían en el porche, el primero de la fila izquierda según etranbas en dirección a la cafetería y que miraba en dirección al exterior del recinto. Allí, en la oscuridad alterada solo por las tenues luces del porche, esperó a que todos los demás entraran hacia dentro, una vez sola ahí fuera se dirigió también hacia el interior de las instalaciones. Buscó una taquilla libre y apartada de las salidas para ocuparla con sus cosas. Una vez sus cosas estaban un lugar seguro, quien iba a atrverse a robarle a un vampiro, se dió la vuelta dispuesta a entrar en los aseos para colocarse unas lentes de contacto, para evitar hipnotizar a nadie por accidente. Entonces se cruzó con un chico que la miró de arriba a bajo y sintió el irresistible deseo de aproximarse a ella.

- ¡Perdona!... Ann... ¿Eres Ann verdad? ¿Me recuerdas?- Úrsula se dió la vuelta y miró al chico, pero no lo reconoció.

-Soy yo, Jack Storm... íbamos a la misma clase en el colegio... ¿De verdad no me recuerdas? -Úrsula Brown lo seguía mirando con cara de circunstancia.

-Me tienes que recordar... iba siempre con Roy Ferguson, el era... era mi mejor amigo.- Dijo el chico sin saber que más alegar.

-¡Ah, Jack! ¿Eres tú?- Respondió ella con algo de incertidumbre.- No te había reconocido, ¿Hacía cuánto que no nos veiamos... tres años?

-Ahora me recuerdas. Pues si, más o menos si, tres años... ¡Vaya! Te noto muy cambiada, estas increible... ¡Wau! Fabulosa mejor dicho.

-Gracias.- Dijo ella.

-¿Ahora estudias aquí?- Preguntó el joven, ahora animandose más para ligar todavía.

- Si, estoy viviendo en un apartamento yo sola. Ya sabes para ahorrarme el transporte.


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